En sus primeras palabras tras tomar posesión ha señalado que espera «recomponer» la situación en el CGPJ, «herido» tras el escándalo
23 jul 2012 . Actualizado a las 17:03 h.El magistrado Gonzalo Moliner ha tomado hoy posesión de su cargo como presidente del Tribunal Supremo (TS) y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en un acto solemne celebrado hoy ante los plenos de ambas instituciones.
Moliner ha sido apadrinado en su toma de posesión por el magistrado más antiguo del TS, Aurelio Desdentado, y el más moderno, Wenceslao Olea, en un acto al que han asistido, entre otras autoridades, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Pascual Sala, y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.
La ceremonia ha estado presidida por el presidente de sala más antiguo, Juan Antonio Xiol, que desde la dimisión de Carlos Dívar por el escándalo de sus viajes en fin de semana ha ejercido la presidencia del TS en funciones. Xiol ha sido el encargado de imponer a Moliner las insignias representativas de la presidencia del alto tribunal.
Poco antes de que comenzara la toma de posesión, varias decenas de funcionarios de la Administración de Justicia se han concentrado frente a la sede del Supremo en protesta por las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno y coreando consignas como: «Dónde está, no se ve, la Justicia del PP», «El próximo parado que sea Mariano», o «Manos arriba, esto es un atraco».
«Recomponer» la situación en el Consejo del Poder Judicial
Gonzalo Moliner ha considerado que es posible «recomponer» la situación en el órgano de gobierno de los jueces, «herido» tras el escándalo de los viajes en fin de semana del anterior presidente, Carlos Dívar.
Una tarea para la que cuenta con el trabajo y esfuerzo de todos los vocales del Consejo, a quienes ha reconocido su esfuerzo para elegir presidente tras «la travesía del desierto bastante problemática» por la que han pasado, ha dicho en una rueda de prensa tras tomar posesión de su cargo.
Moliner ha insistido en la necesidad de mirar al futuro para evitar distorsiones como las que se han producido en los últimos meses, y ha reconocido que ahora su preocupación es el Consejo General del Poder Judicial, que tenía un problema y ha quedado «herido», y no el Tribunal Supremo, que «funciona y funcionará».