El Gobierno de Rajoy continúa perplejo ante la aparente naturalidad con la que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, continúa dando pasos en su objetivo de declarar la independencia de Cataluña. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, se refirió ayer a la declaración de soberanía que se votará en el Parlamento autónomo el próximo 23 de enero y advirtió a CiU y ERC, promotores del manifiesto, de que están perdiendo «tiempo y dinero» en un proceso que «saben que no es constitucional».
La número dos del Gobierno aseguró que el texto enviado a los grupos parlamentarios, en el que se declara a Cataluña «sujeto político y jurídico soberano», contiene «manifestaciones inconsistentes e incoherentes con lo que es la realidad política en España y Europa». Advirtió además de nuevo de que el Gobierno está determinado a «cumplir y hacer cumplir la Constitución» y de que en ningún caso pactará nada que afecte a la Carta Magna, al tiempo que recordó que ni la Unión Europea ni ningún tratado internacional amparan «declaraciones de soberanía en ese sentido».
Duran: «No pienso dimitir»
En referencia a esa declaración de independencia, el presidente de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, aseguró que sería un error que la declaración contara solo con el apoyo de CiU y ERC. «Nos equivocaríamos. Se debe intentar un consenso más amplio», afirmó. Desde Chile, en donde se encuentra en su condición de presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso, Duran vinculó el proceso soberanista con el acoso que recibe para que presente su dimisión después de que Unió reconociera que se financió ilegalmente. «Sé que hago estorbo, sé que en estos momentos más que nunca, debido al debate político Cataluña-España, soy criticado por unos y por otros al margen de estas cuestiones», señaló. Pero insistió en añadir que no piensa dimitir «de ninguna de las maneras», aunque con eso haría feliz a «mucha gente».