Los cortafuegos de las auditorías y la publicación de las declaraciones de renta no aclaran nada
03 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Al tercer día después de publicarse los supuestos papeles de Bárcenas, Rajoy compareció para decir que todo es falso, fruto de un montaje. Negó con firmeza, pero no despejó las dudas. Es su palabra contra lo que se desprende de unas anotaciones cada vez más creíbles. Cuando apareció la primera información que aseguraba que la cúpula del PP cobró sobresueldos en negro, pero se le excluía a él, puso en marcha un cortafuegos tan efectista como inservible e inútil: dos auditorías, interna y externa, sobre las cuentas del partido. Cuando un partido se investiga a sí mismo y están bajo sospecha su presidente y toda la cúpula de los últimos tiempos, la credibilidad de estas auditorías es nula. Una vez alcanzado por la larga mano del hombre al que ascendió a tesorero, Rajoy ha puesto un segundo cortafuegos, tan insuficiente como el anterior: publicar sus declaraciones de renta y patrimonio. Es obvio que en ningún caso reflejarían pagos en dinero negro.
Es decir, que las dos medidas elegidas para abortar un «escándalo de grandes dimensiones» -en sus propias palabras- no valen. Sobre todo cuando con el paso el tiempo cobra más fuerza que las anotaciones son ciertas. Indicios como que la letra es la del extesorero, la confirmación de varios políticos de que los pagos que se refieren a ellos con auténticos y el hecho de que figuren apuntes como el ingreso de 21 millones de pesetas procedentes del PP gallego, entregados por Pablo Crespo.
La alarma social creada, la repercusión del caso en el extranjero, la apariencia de veracidad de los papeles y las sospechas que se ciernen sobre el presidente del Gobierno y el partido que le sustenta hacen necesaria una investigación a fondo, judicial por supuesto, pero también parlamentaria o incluso independiente. Demostrar pagos en negro, como lo contrario, es tarea muy difícil. Es la palabra de unos contra la de otros. Pero Rajoy tiene dos serios problemas: su credibilidad está bajo mínimos tras incumplir todo su programa y la percepción de que hubo pagos opacos está muy arraigada. Por eso sus sentidas palabras de ayer sirvieron solo para tranquilizar a su parroquia. No hay que olvidar tampoco que no se trata solo de presuntos sobresueldos, sino que de lo publicado se infiere también una posible financiación ilícita. Y que Gürtel y Bárcenas forman parte del mismo caso de corrupción que afecta al PP. Falta una explicación creíble y global de todo esto.
Hay un precedente poco tranquilizador. Al estallar el caso Gürtel, el entonces líder de la oposición compareció rodeado de la cúpula de su partido para decir que era una «trama contra el PP» y denunciar otra conspiración.