Cospedal llama a centrarse en la crisis, porque lo demás son «tonterías»
10 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El PP considera que, pese a ser una mala noticia, la judicialización de los papeles de Bárcenas, sobre los que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha abierto una pieza separada en el marco del caso Gürtel, le permitirá salir del laberinto político en el que lleva inmerso más de un mes. El partido, y en parte también el Gobierno, están bloqueados desde que el 31 de enero se publicaran las anotaciones de los supuestos pagos en dinero negro a sus dirigentes.
La ausencia de una explicación coherente sobre el contenido y la autoría de esos papeles, y sobre el hecho de que Bárcenas haya seguido cobrando un sueldo del PP tras su dimisión como tesorero, ha situado a los populares a la defensiva y les ha hecho perder la iniciativa política. El Gobierno tampoco ha aprobado desde entonces ninguna medida de recorte, temeroso de una reacción hostil.
Todo está ya en los tribunales
Después de su única declaración sobre este asunto, en la que se limitó a decir que «todo es falso», y de su rueda de prensa de febrero en Bruselas, Rajoy no ha vuelto a comparecer en público. Y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha tenido que suspender por dos veces su habitual rueda de prensa de los lunes para eludir preguntas comprometidas para las que no hay respuesta.
Pero, coincidiendo con la judicialización del caso, los populares iniciaron ayer una campaña para tratar de romper el bloqueo. Y pretenden hacerlo sin dar más explicaciones del asunto. Tras un fuerte debate interno, el PP ha conseguido presentar una demanda que, aunque de modo indirecto, se dirige contra Bárcenas. Y la «simulación de sueldo en diferido» está ya también en los tribunales. Considera que con esas acciones supera cualquier sospecha de connivencia con el extesorero.
A partir de ahora, el manual popular tiene cuatro argumentos: hay que investigar hasta el final: apoyo total a la Justicia; mantener silencio por respeto a la investigación y asegurar que el país no puede estar paralizado por este asunto.
Escenificar la unidad
El arranque de esa nueva etapa lo protagonizó ayer la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que inauguró los «debates abiertos» que ha puesto en marcha el PP para retomar el impulso político. La número dos popular, muy cuestionada internamente en los últimos días, llamó a sus compañeros a centrarse en trabajar «con la cabeza muy alta para salir de la crisis» y aseguró que «todo lo demás son tonterías» porque «los dimes y diretes no tienen importancia». «Todo eso que la inmensa mayoría de las ocasiones no es ni verdad no puede desviarnos de nuestro camino», afirmó, manteniendo la estrategia de no nombrar siquiera a Bárcenas, aunque prometió luchar «contra aquellos que tienen comportamientos reprochables o que nos repugnan».
Con el acto de ayer, en el que comparecieron Carlos Floriano, Esteban González Pons y Javier Arenas, el PP trata también de recuperar la imagen de unidad con la secretaria general, aunque significativamente Arenas, su principal rival interno, fue el único que no habló. A partir del día 22, el PP celebrará por toda España actos similares con el objetivo de recuperar la conexión con los ciudadanos.