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El dirigente del PP González Pons implica a Camps en el caso Nóos
20 mar 2013 . Actualizado a las 17:36 h.Esteban González Pons se lo pone aún más difícil a Camps. El diputado popular aseguró ayer ante el juez que en diciembre del 2005 estampó su firma en la adjudicación de 382.000 euros al Instituto Nóos para el frustrado proyecto de celebrar unos Juegos Europeos en Valencia porque ese convenio era fruto de un «acuerdo previo» entre el duque y el Gobierno que presidía Camps. «Aquel convenio, sin mi firma, habría supuesto el mismo dinero para Nóos», dijo el entonces consejero valenciano, sacudiéndose toda la responsabilidad. «Con mi firma no se comprometió ni un solo euro de dinero público», insistió el vicesecretario del PP, que explicó al juez José Castro que ese convenio no tenía efectos económicos pues estaba condicionado a que la Generalitat liberara el dinero. Decisión que él no tomó.
Pons, que reiteró en varias ocasiones que el único cabeza visible de Nóos era Urdangarin, admitió que el hecho de que un miembro de la familia real estuviera detrás del proyecto fue determinante para que se le adjudicara el contrato. Pero, explicó, ni siquiera la presión del yerno del rey le hizo ceder a uno de sus proyectos más descabellados. Según desveló, en el 2006 Urdangarin y el empresario inmobiliario Enrique Bañuelos le propusieron recalificar parte de los terrenos de la Albufera, de alto valor ecológico, para construir un puerto deportivo como parte de esos Juegos Europeos del Mediterráneo. Pons, ante el juez, aseguró haber sido él en persona el que paró los pies al marido de la infanta Cristina.
El segundo testigo estrella del caso Nóos ayer ante la comisión judicial desplazada a Madrid fue José Manuel Romero, el conde de Fontao, asesor de la Casa Real, que, según la Zarzuela, convenció a Urdangarin para abandonar Nóos. Romero, muy nervioso, incurrió en contradicciones e imprecisiones, según fuentes consultadas. Desde un inicio, insistió en desvincular al rey de los negocios de su yerno. Es más, dijo haber obrado de motu proprio cuando aconsejó a Urdangarin dejar la compañía de Diego Torres.
La tarjeta de visita y la ética
El conde aseguró haberse enterado por una revista de que Urdangarin se dedicaba a actividades mercantiles. Y, por su cuenta, decidió tomar cartas por entender que ese tipo de negocios en los que se tiraba de «tarjeta de visita» para lograr contratos no eran compatibles con la «ética» de la Casa Real. Solo entonces informó al jefe de la Casa del Rey de que iba a recomendar a Urdangarin que dejara Nóos, pero nunca al jefe del Estado, que, insistió, no estaba al tanto de las actividades del duque. Romero, que dijo desconocer que Cristina de Borbón y su secretario, Carlos García Revenga, estaban en la directiva del instituto, sí admitió haber participado en gestiones para crear la sucesora de Nóos, la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS), que luego serviría de plataforma para evadir capitales a paraísos fiscales.