El efecto del revulsivo Madina

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La simple puesta en circulación de que se presentará a las primarias provoca una convulsión en el PSOE y evidencia la debilidad de Rubalcaba

21 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ha bastado que alguien, de forma interesada, pusiera en circulación el nombre de Eduardo Madina como posible candidato en las futuras primarias para que las aguas ya turbulentas del PSOE volvieran a entrar en ebullición. Y eso que el joven número dos del grupo socialista en el Congreso no ha abierto aún la boca. Eso sí, no ha descartado, como había hecho hasta ahora, que se vaya a presentar. Se lo esá pensando. También se da por hecho que el exlendakari Patxi López optará a liderar el partido, aunque su estrategia es ser elegido secretario general en un congreso extraordinario antes de las primarias.

Estas maniobras en la oscuridad muestran y agravan la debilidad del liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba, al que muy pocos ven ya en el partido como aspirante a la presidencia del Gobierno; aunque él no lo descarta ni da pistas y está decidido a atrincherarse y resistir. Mantiene su hoja de ruta: el 2013 para definir el proyecto socialista, y primarias a finales del 2014 o principios del 2015. Sabe que alterarlo sería reconocer su fracaso como líder del PSOE.

Ahora no toca

En Ferraz la irrupción de Madina ha caído como una bomba. El aparato se aferra al «ahora no toca» para tratar de cortar de raíz el debate sucesorio. Pero líderes como Carme Chacón, Jesús Caldera, Odón Elorza y Alfonso Guerra han valorado de forma muy positiva la figura de Madina como sucesor. El propio José Luis Rodríguez Zapatero lo ve con buenos ojos.

El escenario más probable que se vislumbra a día de hoy son unas primarias el año que viene con dos vascos como protagonistas, Madina apoyado por Chacón y López por Rubalcaba. El primero encarnaría los deseos de cambio con el riesgo de la inexperiencia, el segundo la continuidad con un líder más experto pero demasiado identificado con Rubalcaba. Pero ni la ex ministra de Defensa ni el secretario general han arrojado aún la toalla y ya se sabe que en política las cosas pueden cambiar radicalmente en muy poco tiempo. Sobre todo si el desgaste de Rajoy se acrecienta.

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