Urgente: se buscan líderes de repuesto

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

21 abr 2013 . Actualizado a las 11:32 h.

La maquinaria política funciona mal. Está envejecida y necesita cambiar todo: las piezas y el sistema de funcionamiento. Los grandes partidos no quieren ni oír hablar de reformas profundas. Si acaso, algún cambio de caras. Pero la crisis institucional es tan seria que las bases no quieren esperar. Prefieren ir a elecciones con gente nueva. Es el caso del PSOE: interpretando esa inquietud, ya hay movimientos. El joven diputado nacional Eduardo Madina, que en febrero del 2002 perdió la pierna izquierda en un atentado etarra, ha sido el primero en moverse cosechando un entusiástico apoyo de Carme Chacón, tanto que hace pensar que ella ya tiró la toalla. Por el contrario, el movimiento ha suscitado distancia en otros dirigentes, como el también exministro Jesús Caldera, que elogia su valía pero que estiman que aún no es tiempo. Patxi López, exlendakari, ya está en mejor disposición para saltar al PSOE nacional, mientras otros aguardan, como el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y acaso José Antonio Griñán, al que el fraude de los ERE andaluces no le deja margen. Cada vez está más claro que Alfredo Pérez Rubalcaba no será candidato y que para entonces habrá cubierto la travesía del desierto con dignidad, sin más.

Las fotos de Feijoo

En muy pocos años debe producirse la renovación de algunos dirigentes exigida por el desgaste que está provocando la ya larguísima crisis económica, porque los grandes partidos no pueden llegar abrasados a las elecciones con una tendencia a la dispersión del voto que augura un Parlamento a la italiana, fragmentado e ingobernable. Pero el camino al relevo viene asociado a operaciones de demolición de posibles candidatos, bajo la apariencia de escándalos judiciales, o al menos policiales, y siempre mediáticos. Por si Pepe Blanco aspiraba a dirigir el PSdeG, camino de la Xunta, ya se ocupó alguien de ponerle una bomba bajo su coche, que probablemente acabará en nada, que lo lanzó a la cuneta. Por si a Alberto Núñez Feijoo lo llamaban para sustituir a Rajoy, ya habido alguien que ha desclasificado las dichosas fotos del veraneo con un delincuente, entonces no condenado. Tanto da que las fotos sean de hace casi 20 años. Todo vale.

Lo de Oriol Pujol (el hijo del expresidente de la Generalitat con vocación política) parece más complicado. Algunos abogados consultados en Barcelona estiman que este es un asunto serio y que el heredero del clan Pujol, al que le guardaba el sillón presidencial de Artur Mas para cuando se hiciera mayor, lo va a tener difícil para recuperar la carrera hacia el liderazgo. El propio Mas se quejó ante su partido de que van a por Pujol «como en su día fueron a por el presidente Lluís Companys, fusilado por los franquistas». La oposición le reprochó que tratara de esconder a la familia Pujol bajo el manto de Cataluña.

Lo cierto es que, con razón o sin ella, hay un proceso de demolición en marcha de los líderes que despuntan, los posibles sucesores. La duda es si un candidato de repuesto será suficiente para interesar a una ciudadanía descreída ya de la clase política. No hay que descartar que los nuevos líderes sean personajes alejados del plantel político conocido y surgidos de movimientos sociales. Los primeros datos los tendremos en junio del 2014, con la celebración de los comicios europeos, con circunscripción única y posibilidades de obtener representación para fuerzas que ahora la ley electoral deja fuera del juego parlamentario. Grandes cambios se avecinan.

Crónica política