José Blanco vive desde la adolescencia por y para la política y nadie conoce mejor que él las entretelas del PSOE
19 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Hacía como que no se enteraba de que pasaban de él y persistía en su discurso. Aquel chaval de Palas que en el curso 1976-1977 hablaba de socialismo en el Instituto Masculino de Lugo a un auditorio tan escaso que rozaba lo inexistente, siguió y siguió lanzando su discurso, inasequible al desaliento, y un día fue el ministro imprescindible de un presidente de España. Antes, gracias a él, un desconocido Zapatero había llegado, cuando muy pocos daban un duro por su candidatura, a la secretaría general del PSOE. José Blanco López (Palas, 1962), es un corredor de fondo de la política, un luchador correoso que no teme la derrota ni a los problemas. Cuando ayer conoció la decisión del Supremo, es seguro que ya tenía trazada la hoja de ruta para los próximos meses. En ella figuraba expresar su apoyo a la candidatura de Gómez Besteiro a la secretaría general del PSdeG, con lo que eso quiere decir. A Blanco aún le queda mucho discurso. Y ahora, a diferencia de 1976, muchos miran hacia él en el socialismo gallego. Aunque, como entonces, haga que no se entera.
José Blanco, casado y padre de dos hijos, lo ha sido todo en el PSOE, desde que, acompañando a hombres como Orozco, se integró en el partido de Pablo Iglesias con los que venían del PSP de Tierno Galván. Fue militante de las Xuventudes Socialistas de Galicia y dirigió a los cachorros del socialismo gallego. Presidió el Consello da Xuventude y durante años le persiguió -aún hay quien ocasionalmente se lo recuerda- la sombra de unas pesetas cuyo destino hubo quien no vio claro. Blanco fue, en la edad que le correspondía, estudiante de Derecho, pero poco. Lo suyo es la política; es su pasión, su afición y su devoción. Disciplinado como un militar, no trasnocha, madruga y está siempre a lo suyo.
En el PSOE hizo de todo. De militante de base a secretario general de la agrupación de Lugo, en 1998 fue clave en la candidatura de Touriño a la secretaría general del PSdeG. A través del juez Ventura Pérez Mariño (diputado por Lugo en 1993) se unió a Nueva Vía, la corriente socialista que postulaba a Zapatero a la secretaría general del PSOE. Conocedor como nadie de su partido, ayudó a tejer la red que llevó al leonés al cargo, y a él a la secretaría de Organización (2000). Antes del congreso socialista del 2008, cansado, dejó entrever su deseo de dejar la política, pero Zapatero no podría prescindir de quien había pacificado el partido y ocupado la vicesecretaría general.
Blanco, un gallego que no se acobarda, fue elegido senador en 1989 y fue el más joven de la Cámara. En 1996 estrenó escaño de diputado, que mantiene. En 2009 fue nombrado ministro de Fomento. En 2011, las imputaciones del empresario Jorge Dorribo lo metieron de lleno en el caso Campeón. Ayer el Supremo archivó la causa. Unas semanas antes, Blanco recorrió parte del Camiño Xacobeo. En su caminar sereno y persistente se reconocía al chaval de Palas que 37 años atrás hablaba de socialismo en el instituto de Lugo.