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El exceso de velocidad provoca medio millar de muertos al año, según Tráfico

M. C. C. REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Respetando los límites se evitarían uno de cada cuatro fallecimientos

20 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El exceso de velocidad es el principal factor que está detrás de los accidentes mortales en la carreteras españolas. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), medio millar de personas perecen cada año por esta causa. Otro dato llama a la reflexión: solo con llevar una velocidad adecuada se podrían evitar una cuarta parte de los siniestros con muertos en las vías españolas.

Por ello, la DGT incrementa esta semana y hasta el domingo los controles de velocidad en carreteras convencionales, autopistas y autovías, con el objeto de convencer a los que todavía piensan que los límites no son importantes. «Un vehículo normal, que se supone que es muy seguro, solo garantiza la integridad de los ocupantes cuando circula a menos de 70 kilómetros por hora», señaló ayer el subdirector de Gestión de la Movilidad, Federico Fernández, en la presentación de esta campaña, a la que se suma, además de los habituales medios terrestres, el radar de la DGT Pegasus, instalado en uno de los helicópteros de la Guardia Civil, que se desplegará principalmente en las carreteras convencionales.

El exceso de velocidad sigue siendo la principal causa de sanción en la carretera. Entre enero y septiembre del año pasado, el viajar a más de la permitida representó el 54 % de las multas tramitadas, superando a las sanciones por el uso del móvil (16,6 % del total), la no utilización del cinturón (16,2 %) y rebasar la tasa permitida de alcohol (un 13 %), según datos facilitados por Tráfico. Saltarse los límites de velocidad, que está tipificado como infracción grave o muy grave, se sanciona con multas que van desde los 100 a los 600 euros y supone la pérdida de entre 2 y 6 puntos.

Los peatones están especialmente expuestos a las consecuencias de una velocidad excesiva. A 80 kilómetros por hora es prácticamente imposible que una persona atropellada salve la vida, mientras que a 30 kilómetros el riesgo de muerte se reduce a solo un 10 %. Y es que a pesar de los avances técnicos, el tiempo de frenada de un coche a gran velocidad sigue siendo muy alto. A 120 kilómetros por hora se necesita una distancia superior a un campo de fútbol para detener el vehículo.