La ley de transparencia nace sin el apoyo del PSOE y con respaldo nacionalista

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El PP acusa a los socialistas de cometer un «error histórico», aunque el Gobierno espera que acaben sumándose al consenso

13 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La ley de transparencia, llamada a ser una de las armas fundamentales para la regeneración política en España, vio ayer la luz con el baldón de ser aprobada sin el apoyo del principal partido de la oposición. A pesar de las expectativas que se habían generado en un principio, el distanciamiento entre el PP y el PSOE provocado por el caso Bárcenas hizo que finalmente los socialistas no dieran su apoyo a un texto que contó, además de con los votos del PP, con el respaldo de los nacionalistas de CiU, PNV y Coalición Canaria. Votaron también en contra de la ley, además del PSOE, Izquierda Plural, UPyD, ERC, BNG, Compromís, Geroa Bai y Amaiur.

El Gobierno anunció sin embargo que hará todo lo posible para sumar al PSOE al consenso en torno al texto. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, principal impulsora de la norma, prometió «no descansar en el trámite del Senado» para que puedan incorporarse más grupos al pacto final. «Este es un paso humilde a favor de la transparencia que hace la democracia más fuerte», señaló Sáenz de Santamaría, sin entrar en polémicas.

Los socialistas explicaron su rechazo a sumarse a la aprobación de la ley de transparencia por la «obstaculización» del PP a las iniciativas parlamentarias de control al Gobierno en lo que afecta al caso Bárcenas.

«Trabajo silencioso»

El ponente por el PSOE, Enrique Serrano, no quiso, sin embargo, hacer demasiada sangre y admitió el «trabajo silencioso» y de «aproximación discreta durante meses» que han mantenido el Ejecutivo y los socialistas para tratar de acercar posturas «incluso en circunstancias difíciles. Serrano explicó que desde el mes de julio el PP mantiene una «contradicción insalvable» entre la falta de explicaciones sobre el caso Bárcenas y la apelación constante a la ley de transparencia como si fuera el «bálsamo» de todos los males.

Por parte del PP, Esteban González Pons, que ha sido ponente en la elaboración de la norma, advirtió a los socialistas de que están cometiendo un «error histórico» con su rechazo a la ley y los acusó de «preferir que la corrupción siga viva con tal de que solo mate al contrario». «Dentro de unos años no podrán explicar por qué votaron en contra de la transparencia y por qué se situaron en el rincón oscuro del Congreso», dijo González Pons.

CiU y PNV pusieron casi tantas objeciones a la ley como el resto de grupos que votaron en contra. Sin embargo, fue la eliminación de los controles de la Administración central hacia a las autonómicas que el texto contemplaba en un principio lo que llevó a los nacionalistas a sumarse finalmente al PP para sacar adelante la ley.

Antes de que se aprobara la norma, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, había afirmado ya que la situación de bloqueo entre el Gobierno y el PSOE «no tiene arreglo» porque Mariano Rajoy está «empecinado en decir, una vez detrás de otra, mentiras» sobre Bárcenas.