«Soy partidario de una ley de servicios mínimos, para que se cumplan. He encargado que se estudie». Mariano Rajoy anunció así su disposición a regular por primera vez en España el derecho a la huelga «para hacer compatible el derecho a la huelga y la libertad de los ciudadanos». La intención del Gobierno no es aprobar una ley de huelga, algo que no ha hecho ningún Gobierno en democracia, sino establecer por ley el cumplimiento de los servicios mínimos. Aseguró que ya ha encargado a la ministra de empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez que «estudie» esa regulación. Y ayer mismo, poco después de la intervención de Rajoy, la ministra se puso en contacto con los sindicatos para iniciar el diálogo. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, secundó la propuesta y consideró «razonable» concretar y especializar» los servicios mínimos en huelgas que puedan afectar a los servicios públicos esenciales. La portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, aseguró por el contario que lo que pretende Rajoy es hacer una «nueva ley de huelga encubierta», pero «no tiene valentía para decirlo».
El presidente del Gobierno se refirió también a la situación en la frontera de Melilla y aseguró que está «en estudio» la posibilidad de retirar las «concertinas» instaladas en la valla y que, según diversas denuncias, causan graves lesiones a quienes intentan sobrepasarlas ilegalmente». «Queremos mantener la integridad física de las personas, no sabemos los efectos que puede tener sobre las personas», dijo al ser preguntado. «Señor presidente, son cuchillas. Claro que hacen daño a las personas», le respondió el entrevistador. «Habrá que mirarlo, concluyó Rajoy.