Interior anunció la operación contra ETA antes de que los agentes saliesen del cuartel

Melchor Sáiz-Pardo COLPISA

ESPAÑA

El error permitió que las personas que estaban en el despacho de la abogada Arantza Zulueta disolviesen la reunión y tratasen de borrar información de los ordenadores

08 ene 2014 . Actualizado a las 23:13 h.

Una indiscreción del Ministerio del Interior puso en serio riesgo la operación contra el denominado 'aparato de Makos' de ETA, solo diez días después del comunicado de los presos de la banda anunciando que reconocen en el daño causado y que aceptan las reglas penitenciarias. El departamento que dirige Jorge Fernández Díaz informó de la redada a través de Twitter y de un correo electrónico a todos los medios de comunicación antes de que los agentes salieran del acuartelamiento, según han informado mandos de la lucha antiterrorista.

El envío masivo de la información sobre la operación, en la que ya se hablaba de «varios detenidos» y en el que se aseguraba que el operativo estaba teniendo lugar en ese momento, tuvo lugar a las 15:06 horas, cuando aún parte de los efectivos estaban en el cuartel de La Salve de Bilbao y, en cualquier caso antes de que los funcionarios irrumpieran en el despacho de la abogada Arantza Zulueta, de la calle Elcano de la capital vizcaína, donde estaba reunidos seis de los arrestados.

El propio departamento de Interior rectificó su precipitada información retirando la información en Twitter y enviando a las 15:34 horas un nuevo correo en el que anulaban el anterior «a todos los efectos» Para entonces, las personas que estaban en el despacho habían disuelto la reunión y se encontraban manipulando varios ordenadores, según apuntaron fuentes de la lucha antiterrorista. No obstante, ninguno de ellos pudo huir porque los alrededores del despacho ya estaban vigilados.

No es la primera vez que una indiscreción del ministro del Interior pone en peligro un golpe a ETA. En julio del 2012, dos años y medio de investigación de la Guardia Civil estuvieron a punto de irse al traste cuando Jorge Fernández Díaz anticipó cuatro horas antes de que el arresto se produjera, que las fuerzas de seguridad iban a detener de forma inminente a un miembro de la banda en Francia. A pesar de la filtración, lograron capturar en el suroeste de Francia a Juan María Mujika Dorronsoro, de 54 años y acusado de participar en el intento de ETA de matar en el 2001 al entonces presidente del Gobierno Aznar con un misil tierra-aire.

Además, Fernández Díaz convocó en su día una conferencia de prensa para dar detalles sobre una operación contra los Grapo por el secuestro de Publio Cordón mientras la operación policial estaba aún abierta y bajo secreto sumarial. La indignación en la Audiencia Nacional fue monumental, al punto de que el juez Javier Gómez Bermúdez abrió una investigación al ministro, que luego archivó, para determinar si había incurrido en un delito de revelación de secretos.

Ocho detenciones

Efectivos de los servicios de Información han detenidos a los abogados de ETA, Arantza Zulueta y Jon Enparanza Aguirre, además de a Aiziber Sagarminaga Abad, José Luis Campos Barandiarán, Egoitz López de la Calle y José Miguel Almandoz Erviti en una redada realizada en Euskadi y Navarra, en la que están siendo registrados varios inmuebles, entre ellos el despacho de Zulueta.

La Guardia Civil les acusa a todos ellos de ser miembros del denominado'frente de cárceles, la única estructura activa de la organización terrorista. Según el instituto armado, los seis letrados pertenecerían al KT o Grupo Coordinador (Koordinazioa Taldea) al que se atribuye la función de ser correa de transmisión de las órdenes de ETA en el interior de las cárceles. Fuentes de la investigación apuntaron que este grupo también estuvo detrás del acto del pasado sábado en Durango en el que participaron varios presos excarcelados tras la derogación de la doctrina Parot y que no fue suspendido por el juez Santiago Pedraz. Se da la circunstancia de que la detenida Sagarmina fue la persona que alquiló el Kafe Antzokia en el que se desarrolló el acto.