Los poderes ejecutivo, legislativo y judicial loan la figura del expresidente
24 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El poder ejecutivo, el legislativo y el judicial; la Administración central, la autonómica, las cuatro provinciales y decenas de locales; los partidos... La Galicia política e institucional despide a Adolfo Suárez. Los más entre elogios, algunos con aplausos comedidos y otros, aquellos que no ven en la transición un motivo de orgullo, mostrando respeto, simplemente. En señal de luto, la agenda de actos públicos de los dirigentes y altos cargos de la comunidad, un libro un lunes cualquiera, queda hoy reducida a poco más que unas notas a pie de página.
Además de suspender sus apariciones para esta jornada, la presidenta del Parlamento autónomo, Pilar Rojo, expresó ayer pesar, en su nombre y en el de la institución, por la muerte del fundador de la UCD, a cuya familia trasladó condolencias. Su homólogo en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Miguel Ángel Cadenas, destacó del fallecido que fue «el motor del cambio democrático de la España actual y, en esa medida, institucionalizó la división de poderes y el poder judicial como tal». Entretanto, el máximo responsable de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ordenó, «por alguén que xa está na historia de España e na memoria de todos nós», la cancelación de las convocatorias de su gabinete para este lunes, con una excepción: aquellas relacionadas con la visita a Santiago del comisario europeo de Política Regional, Johannes Hahn. Y el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, alabó el «lenguaje moderado, el espíritu de concordia y la capacidad de conciliación de Suárez, que hoy unánimemente reconocemos todos los ciudadanos».
Figura clave
Para el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, se ha ido «unha figura clave [...] que traballou para o asentamento da democracia en España, buscando o consenso e sempre con respecto á diversidade territorial». «Lamentamos o seu pasamento e mostramos solidariedade coa familia, pero a transición non foi tan idílica como se nos quixo vender», manifestó la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz. En una línea similar, el líder del Bloque en la Cámara gallega, Francisco Jorquera, declaró: «Demostrou talla política e era un político honesto, [...] pero nós sempre criticamos o pacto da transición e todas as súas limitacións».
Igualmente, los presidentes de las cuatro diputaciones quisieron rendir homenaje al exjefe del Ejecutivo español. El de la de Lugo, Besteiro, asegurando que «era un referente para os que agora ocupamos un cargo de responsabilidade pública»; el de la de Ourense, José Manuel Baltar (PP), calificándolo de «el gran alquimista de la transición, alguien que creyó en España e hizo que muchos españoles creyeran»; el de la de Pontevedra, el también conservador Rafael Louzán, elevándolo a la categoría de «figura clave na historia do século XXI, que se agranda co paso do tempo»; y el de la de A Coruña, el popular Diego Calvo, admitiendo: «Sempre representará a verdadeira esencia de facer política».
En paralelo, los grandes ayuntamientos emitieron comunicados con mensajes -los más- exclusivamente halagüeños, pero también -los menos- de contenido rayano en la crítica. Así, mientras el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira (PP), aplaudía la «indudable categoría» de Suárez, lo ascendía «al altar de la democracia» y lamentaba que «en su momento no obtuviese todo el reconocimiento que merecía», el de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), recordó: «Foi, por un lado, persoa forxada no réxime franquista, e, por outro, capaz de adaptarse aos tempos e liderar o camiño cara unha democracia limitada».