La ceremonia religiosa reunió de nuevo a los tres expresidentes del Gobierno
01 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Los reyes de España y los príncipes de Asturias presidieron el funeral del Estado por Adolfo Suárez y dedicaron grandes gestos de afecto a los familiares del expresidente del Gobierno. Antes, saludaron una a una a todas las personalidades asistentes al acto religioso. En la catedral de la Almudena se repitieron algunas de las escenas que se vivieron al término la capilla ardiente instalada en el Congreso, como la de los tres expresidentes del Gobierno vivos compartiendo juntos un tributo a quien les precedió en el cargo.
Ayer, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero compartían banco en la iglesia y, antes de que comenzara la ceremonia, se les pudo ver charlando en actitud relajada y con aparente buen humor. Entre el expresidente Felipe González y Mariano Rajoy se encontraba la esposa del líder del PP, Elvira Fernández. Otra imagen simbólica fue la del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, sentado al lado del presidente catalán, Artur Mas, con el que ha tenido en los últimos meses numerosos desencuentros a costa del desafío soberanista emprendido por la Generalitat de Cataluña.
Unidad de la familia
Pero, además de la unidad política en torno a la figura de Adolfo Suárez, las honras fúnebres sirvieron también para reflejar la de la familia del expresidente del Gobierno, a pesar de las supuestas desavenencias en torno la herencia del ducado concedido por el rey publicadas en la prensa. Adolfo Suárez Illana, su esposa, Isabel Flores, y sus dos hijos, Adolfo y Pablo, así como los otros tres hijos del expresidente del Gobierno, Laura, Sonsoles y Javier, y sus parejas, Sergio, Wilson y Tatiana, se mostraron unidos en todo momento, al igual que los dos hijos de Mariam Suárez, fallecida tras una larga lucha contra el cáncer. Adolfo, el hijo de Suárez Illana, fue quien abrió la ceremonia leyendo un fragmento de la segunda epístola de Pablo a los Corintios sobre la resurrección.
Adolfo Suárez Illana fue el encargado de recibir a los reyes a las afueras del templo junto al presidente del Gobierno Mariano Rajoy. En un lugar destacado asistieron también a la ceremonia otros familiares del exjefe del Ejecutivo, así como sus amigos más cercanos y también los médicos que le atendieron en la Clínica Cemtro de Madrid. Acompañaron a la familia personalidades del mundo del espectáculo como el cantante Raphael o el torero Juan José Padilla, muy amigo del primogénito de los Suárez.
Las infantas, ausentes
A la conclusión del acto, los hijos y nietos de Suárez se despidieron de manera afectuosa de la familia real. Luego, los reyes abandonaron el templo y tanto ellos como los príncipes de Asturias departieron durante unos instantes con el presidente del Gobierno y su esposa. Al funeral de Estado no acudió la infanta Elena, dado que la celebración coincidía con el funeral por la madre de su ex esposo, Jaime de Marichalar. Y tampoco lo hicieron la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, apartados de cualquier acto oficial a raíz de su imputación en el caso Nóos. Las dos infantas sí asistieron en el 2008 al funeral del expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, que fue el sucesor de Suárez en la Moncloa.
En el interior de la iglesia comenzó al acabar la liturgia el desfile de los asistentes para expresar sus condolencias a los familiares de Suárez. Entre ellos pudo verse a muchos de los ministros de sus gobiernos, como Landelino Lavilla, que fue también presidente del Congreso.
Centenares de ciudadanos anónimos se concentraron en los alrededores de la catedral de la Almudena desde horas antes de comenzar la ceremonia y también aguardaron la salida de las personalidades a la conclusión del acto religioso, que se prolongó durante un largo período de tiempo debido al gran número de personas que quisieron despedirse del primer presidente de la democracia.