La medida estrella que pone el candidato socialista, Martin Schulz, sobre la mesa es «el fin de los paraísos fiscales que existen en Europa». Según las cifras oficiales, la UE deja de ingresar al año un billón de euros (aproximadamente el presupuesto plurianual comunitario) a causa de la evasión fiscal. En España la cifra alcanza los 79.000 millones de euros, según los técnicos del Ministerio de Hacienda español: «Es un robo a todos los europeos, se necesita mano dura», lamenta Schulz, quien pretende reducir en un 50?% hasta el 2020 este delito si logra presidir el Ejecutivo.
En torno al objetivo de déficit, se muestra favorable a relajar la presión y ser más flexible con el calendario para «dejar margen de maniobra a las inversiones estatales que puedan expandir la economía».
Coincide con Juncker en imponer salarios mínimos «dignos» en toda la Unión y propone una política de empleo más detallada: Aumentar el presupuesto para la Garantía Juvenil y el abanico para que se beneficien jóvenes de hasta 30 años, frenar el dumping social eliminando los contratos precarios y mejorar la protección de los derechos de los trabajadores fortaleciendo los sindicatos.
Sobre el sector bancario sugiere ampliar la regulación y disponer de un cortafuegos urgente entre la banca comercial y la de inversión. Otras medidas que se suman al programa son el tope a las bonificaciones de los banqueros, la agilización en la introducción de la tasa Tobin, la creación de una agencia de calificación pública europea, poner en marcha mecanismos de acceso justo al crédito y una estructura más efectivo de redistribución de la riqueza en los países de la Unión.