Marco Tejeiro cultivó su amistad con el duque hasta que este rompió con su cuñado
ESPAÑA
Como Al Capone. El gánster norteamericano cayó por la delación de un contable sobre su evasión de impuestos. El caso de Iñaki Urdangarin no es el mismo, pero ha visto comprometida su situación procesal por las revelaciones de su excontable Marco Antonio Tejeiro al fiscal.
Tejeiro, un farmacéutico de Gijón nacido en las navidades de 1958, llegó a ser un administrativo, hay quien dice que gerente, del Instituto Nóos, creado por su cuñado Diego Torres e impulsado por Urdangarin. Entró en la compañía como parte de la galaxia Esade, escuela de negocios en la que hizo algunos cursos y participó en algún proyecto de consultoría.
Llegó a Nóos de la mano de Torres, casado con su hermana Ana María y profesor de Esade. No era íntimo de Urdangarin, pero mantuvieron una estrecha relación profesional desde el 2003 hasta la ruptura de los dos socios en el 2011 por una factura falsa de 70.000 euros. Con el duque intercambiaba correos amistosos. «¿Qué tal tu nueva vida? Ya he seguido tus andanzas por las revistas», comenta Tejeiro el 2 de septiembre del 2009 al yerno del entonces rey. Urdangarin responde: «Bien Marco, recién aterrizado en Brasil. ¿Tú qué tal? ¿Todo bien en verano?». Y es que el marido de la infanta consultaba todo con su contable. «Nos pregunta la abogada si una vez desahuciada la inquilina le ponemos demanda para cobrar las rentas. Está localizada y se le puede embargar parte del sueldo», preguntó Tejeiro el 26 de noviembre a su jefe. Urdangarin dio luz verde.
En todo caso, lo que sí parece es que su papel en el entramado empresarial fue menguante. Tejeiro además colocó a su esposa, Carmen Vidal, en los aledaños de Nóos, para cuya consultoría hizo traducciones de textos en inglés desde su casa. También su hermana Patricia trabajó con Ana, la hermana mayor.