Los partidos de la oposición reclaman al presidente del Gobierno diálogo con Mas
30 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez mostró ayer su apoyo inequívoco al Gobierno ante la «quiebra de la legalidad» realizada por Artur Mas con la convocatoria de la consulta soberanista, aunque pidió a Rajoy no «solemnizar lo obvio», ir más allá, y actuar estudiando una reforma de la Constitución.
El líder de los socialistas lamentó la conducta de Mas, porque «daña profundamente a la democracia española» al situarse fuera de la legalidad «con plena consciencia» y obligar a los catalanes a que decidan si quieren separarse de España. A partir de aquí, Sánchez insistió que la situación exige hacer política y eso pasa por reformar la Constitución, porque «petrificarla» no va a «hacerla más fuerte». El líder del PSOE cree que no se puede responder única y exclusivamente leyendo artículos de la ley, a una crisis política de gran calado. «Rajoy tiene que tomar conciencia de la gravedad del asunto» y abrir la puerta del diálogo con el Gobierno catalán. La tensión debe ser resuelta a través de un acuerdo que pueda ser refrendado por todos los ciudadanos, no a través de una votación que busca ahondar en la fractura social», diagnosticó. La propuesta de Sánchez pasa por renovar el marco de convivencia en común, con una reforma de la Constitución de 1978 desde una perspectiva federal. «Soy testarudo, la voy a plantear una y otra vez», dijo.
Favorable a la negociación y también a que se celebre la consulta, desde IU se reclama al Gobierno «política» y nada de recursos al Constitucional « y más adelantando que la consulta va a ser rechazada», en palabras del portavoz de Justicia en el Congreso, Gaspar Llamazares.
«Hay poco diálogo, poca negociación, poca democracia y mucha agitación», describió Llamazares, en un «singular juego de patriotas que no lleva a ninguna parte». Por ello pidió al presidente catalán «política» y a Rajoy que deje de utilizar el Constitucional como un «parapeto». «Hablar, negociar y entenderse» es la fórmula para Llamazares.
La segunda muestra de apoyo inequívoco a Rajoy llegó ayer desde la bancada de UPyD, desde donde se pidió al presidente del Gobierno que proteja a los ciudadanos «de los desmanes de un gobernante despótico», como calificó su portavoz Rosa Díez a Artur Mas, al que acusó de «chulear la Constitución y la democracia».
Desde el País Vasco, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, cree que el presidente de la Generalitat acatará la legalidad y no dará al Gobierno del PP «ninguna excusa» para procesarle. Además, considera que el PP, «afortunadamente para la democracia española», perderá la mayoría absoluta en las próximas elecciones y estas se convertirán en «la gran oportunidad» para remodelar el modelo de Estado. Por su parte, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban calificó de «ejercicio de cinismo», las razones ofrecidas por Rajoy para recurrir la convocatoria.
La interpretación europea
Desde Europa, el comisario de la Competencia, Joaquín Almunia volvió a reiterar un mensaje «simple pero obvio». «Si una parte de un Estado miembro de la UE se separa del Estado miembro, la parte separada no forma parte de la UE», señaló el político socialista. «Hay procedimientos para que los catalanes manifiesten su opinión, pero siguiendo las normas», sostuvo en declaraciones en el Fórum Europa donde mantuvo que una salida al debate soberanista de Cataluña podría darse con una reforma del Estatuto de Autonomía pactada entre el Gobierno y los dirigentes de la Generalitat, porque hay «otra forma de actuar».
Joaquín Almunia pidió responder con datos, con estudios y «con un debate serio» a las incógnitas de qué sucedería en una Cataluña independiente. Y, en su opinión desde Europa lo que se desea es que el «ese debate se canalice con normalidad, con diálogo».