En el mismo lugar diez años después, pero en distintas circunstancias
11 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Diez años después de la salida de las tropas españolas de Irak por orden del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el Gobierno de Mariano Rajoy ha acordado que militares españoles vuelvan a ese convulso país. Eso sí, ni las formas ni los objetivos de las misiones se parecen. El contubernio de las Azores (Barroso, Blair, Bush y Aznar) donde se escenificó la unión contra el sátrapa Sadam Huseín dio paso en España a que la ley orgánica del 2005 sobre defensa nacional recoja la necesidad de «planteamientos rigurosos en cuanto al respeto a la legalidad internacional» de las operaciones internacionales, y obliga a someter a las Cortes las decisiones gubernamentales acerca de misiones en el exterior.
¿Cómo y con qué objetivo?
En marzo del 2003, los ataques de la coalición encabezada por EE.UU. fueron el comienzo de la guerra y de la invasión de Irak. Los aliados no contaron con el mandato expreso del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que llevó al propio secretario general, Kofi Annan, a calificar de ilegal la contienda. El objetivo era derrocar a Sadam Huseín, al que se acusó de poseer armas de destrucción masiva, que, por cierto, nunca aparecieron. Ahora no se trata de ocupar un país sino de bombardear posiciones de los yihadistas del Estado Islámico (EI) y de formar a militares iraquíes. Es más, la gran diferencia es que el Gobierno iraquí ha autorizado a utilizar su espacio aéreo y ha mostrado su apoyo a la coalición internacional en su lucha contra el EI.
¿Quién forma parte de la intervención?
En la guerra de Irak, la llamada coalición de la voluntad estuvo formada por EE.UU., Reino Unido, España, Portugal, Italia, Polonia, Dinamarca, Hungría y Australia. Otros se sumaron después, e incluso los más renuentes, como Francia, Alemania, China, Siria, México, Chile y Rusia, al final se mostraron neutrales.
Ahora, la coalición contra los yihadistas del Estado Islámico liderada por Washington está respaldada por más de 40 países. Francia, el más reacio a la invasión en el 2003, ha sido el primero en sumarse a la ofensiva aérea, en la que también participan Bélgica, Holanda y el Reino Unido, y de una manera especialmente activa Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Baréin y Catar. Canadá, Turquía e Irán aportan soldados; Italia, armas; y Alemania armas e instructores. España enviará instructores. Y lo hará con el beneplácito de las Cortes, PSOE incluido.
¿Cuál es la participación española?
Entre el verano del 2003 y mayo del 2004 pasaron por Irak unos 2.600 militares españoles. El número de bajas rondó la decena, pese a que España, dijo el Gobierno de Aznar, no acudió en misión de guerra sino de paz. Fuere como fuere, la misión, amén de los escándalos de torturas protagonizados por soldados españoles en Diwaniya, provocó una oposición feroz en la ciudadanía que influyó en la derrota electoral del PP.
El Gobierno de Rajoy fija en 300 los militares que enviará a Irak. De ellos, 180 son instructores y otros tantos de protección.
¿Cuánto tiempo?
El 1 de mayo del 2003, Bush proclamó el fin de la invasión y la preparación de un gobierno, un ejército y una policía iraquíes. Antes, el 18 de abril del 2004, Zapatero cumplió su promesa y ordenó de modo «precipitado» la retirada de las tropas que había mandado Aznar. Ahora, Rajoy envía 300 militares por seis meses, en principio.