El veterano diputado socialista expresó sus dudas sobre las posibilidades de reformar la Constitución
16 oct 2014 . Actualizado a las 20:58 h.El veterano diputado socialista Alfonso Guerra ha expresado este jueves sus dudas sobre las posibilidades de reformar la Constitución, dada a las posiciones que tienen hoy las diferentes fuerzas políticas, y ha avisado de que «la política del contentamiento no funciona con los nacionalismos», porque la «base» de su proyecto es «el descontento y el victimismo» y su «técnica, la manipulación y el engaño».
Durante su intervención en el acto organizado por el PSOE para conmemorar los 40 años del Congreso de Suresnes, que eligió a Felipe González secretario general del partido, Guerra ha reivindicado el papel de los socialistas en el pacto del 78 y la Transición y ha defendido que están «equivocados» quienes lo critican, porque no se podía haber ido ni «más lejos» ni «más cerca» de donde se llegó en el acuerdo.
Y se ha referido a las voces que ahora piden una reforma de la Carta Magna, sobre todo en el PSOE, aunque Guerra no ha citado la propuesta de la actual dirección. «Son muchos los que están convencidos de la necesidad de perfeccionar la Constitución que nos hizo ciudadanos», ha señalado, para después preguntarse «a saber qué reforma es posible, atendiendo a la posición hoy de las fuerzas políticas».
Eso sí, también ha cargado contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, a quien no ha nombrado, pero de quien ha hablado al denunciar a esos «políticos borrachos de la vanidad» que «empujan a su comunidad a una secesión suicida bajo las presiones del nacionalismo». Y ha advertido de que «socialismo y nacionalismo son incompatibles». De hecho, ha defendido que cuando un socialista se declara nacionalista, no sabe si será nacionalista pero «es seguro que no es socialista».
Guerra ha reivindicado los principios del socialismo y ha animado a sus compañeros a declarar con orgullo que son socialistas, aunque haya «decepciones» entre algunos de los suyos. El que fuera vicepresidente del primer Gobierno socialista de la democracia ha denunciado que «la codicia se ha apoderado de los hombres, también a veces de gente que dice militar» en el PSOE. «Me avergüenza que por dinero algunos apuñalen los principios del socialismo», ha reconocido, entre los aplausos del auditorio.
El veterano dirigente socialista ha encarado este acto como un momento de «recuerdo» pero también de «compromiso con el futuro». Así, ha recordado que si en 1977, cuando cayó la dictadura, el socialismo se presentó «de nuevo» a los españoles con el temor de que el favor de los españoles se fuera «a otra fuerza política de la izquierda beneficiada por la propaganda del régimen» y ha apuntado que algo así sucede en la actualidad.
«Ahora otros populismos están beneficiados por las cadenas de televisión, incubando el huevo de la serpiente, porque si alguna vez tuvieran el poder lo primero que harían sería cerrar esas cadenas siguiendo las enseñanzas de sus maestros allende los mares», ha avisado.
Después de Guerra, ha tomado la palabra el expresidente del Gobierno Felipe González, antes de que lo hiciera el actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. En el auditorio también estaba el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.