El secretario general irá a actos en Andalucía para escenificar un acercamiento
27 oct 2014 . Actualizado a las 08:48 h.El PSOE parecía haber esquivado los riesgos de esa bicefalia de facto que empezó a despuntar el pasado julio, cuando la presidenta de la Junta de Andalucía renunció a ponerse la corona que le tendían el grueso de los barones del partido, pero no a llevar las riendas del congreso extraordinario que le dio la victoria a Pedro Sánchez. Ahora, las cosas no están tan claras. Apenas tres meses de relativo sosiego interno ha tenido el secretario general del partido. El ruidoso regreso de Susana Díaz a la escena nacional ha hecho sonar algunas alarmas y no solo en el núcleo más cercano a Sánchez: también muchos de los que siempre se han mostrado afines a la dirigente se muestran preocupados.
El hecho de que Díaz abandonara su retiro voluntario, de actos y apariciones en medios que no fueran andaluces, para dejar claro no ya que no comparte algunas de las estrategias del recién estrenado líder, sino que duda de que sea el candidato adecuado a la presidencia del Gobierno, es algo que mina las posibilidades de asentar un despegue para el que, al menos en teoría, se habían puesto ya buenos cimientos.
No es que nieguen que en sus primeros cien días como secretario general no haya habido algunos traspiés, pero, en términos generales, las encuestas indican que Sánchez ha entrado bien en el electorado. En especial, confían en el impacto de su contundencia verbal frente a los escándalos en los que pueda verse salpicado el partido. Tampoco se llaman a engaño. Remontar la situación en la que se encuentran, con un Podemos pujante al lado, va a ser muy difícil. De ahí la necesidad de evidenciar que todos reman en la misma dirección. El primer gran reto de Sánchez serán las municipales de mayo. Las previsiones, admiten, no son demasiado halagüeñas, aunque hay esperanza de mejorar la situación de partida.
Está previsto que Sánchez acuda el 8 de noviembre a Andalucía, donde todavía no ha estado desde que asumió el cargo, para la presentación de la candidatura de Juan Espadas a la alcaldía de Sevilla y que esté en un par de presentaciones más ese mismo mes. Antes, sin embargo, la líder andaluza ofrecerá un desayuno informativo en Madrid al que, probablemente, no asistirá ningún dirigente socialista con escaño, salvo los andaluces.
El resto tienen que estar en el pleno porque la nueva dirección lleva muy a rajatabla la presencia en el hemiciclo, un gesto más de dedicación plena al cargo que consideran necesario cuidar. Después del 9 de noviembre está previsto que el PSOE celebre su primer Consejo Federal, el antiguo Consejo Territorial, que está presidido por Susana Díaz. Es probable que se celebre en Barcelona, pero sea como fuere le dará la oportunidad de volver a marcar la pauta del partido en una cuestión clave. A la presidenta andaluza le preocupa que el discurso territorial de su partido, y sobre todo las posiciones del PSC, pasen factura en su tierra. Y tras haber dejado hacer estos meses está determinada a coger y no soltar esa batuta.