Los resultados del sondeo estremecen al PP mientras la dirección pide calma

N. Vega / P. de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Algunas voces acusan «falta de liderazgo» y ven a De Cospedal debilitada. En IU y UPyD apelan a la reflexión

06 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La inquietud y el hartazgo reinan en el PP. Diputados y dirigentes trataban ayer de digerir los resultados del CIS conscientes de que el partido está lastrado no solo por los escándalos de corrupción, también por la gestión política de los mismos. Su marca electoral se desploma en las encuestas en buena parte por la crítica situación interna que atraviesan los populares. Pero el cuerpo del PP pide un cambio de rumbo, mientras la cabeza se empeña en diferenciar sondeos y realidad. Y en este contexto, la brecha entre el partido y su dirección se ensancha cada día.

El responsable de poner voz a la cúpula del PP fue Carlos Floriano. Para el vicesecretario de Organización, las encuestas son «gaseosa» que refleja el sentir de los ciudadanos en un momento muy concreto y no los resultados que el partido obtendrá cuando se introduzcan las papeletas en las urnas. Entonces, «los españoles votarán por la estabilidad que proporciona el PP». Tuvieron que ser diputados y barones los encargados de poner los pies en el suelo y recoger el clima que proyecta el CIS. Vicente Martínez-Pujalte y el presidente extremeño, José Antonio Monago, llamaron a la reflexión, al mismo tiempo que la parlamentaria María Arenales admitió estar «hasta las narices de la corrupción» en un ambiente «irrespirable».

Fuentes populares reconocen que para recuperar la confianza hay que dejar atrás la imagen de un partido permisivo con los afectados por los escándalos y denuncian la falta de liderazgo en el PP. Muchos comparten el «shock postraumático» que el exdelegado del Gobierno en Madrid y diputado autonómico, Pedro Núñez Morgades, aseguró sentir cuando Cospedal dijo aquello de que el partido «ha hecho todo lo que podía» frente a la corrupción.

«A un dirigente de primer nivel no se le puede consentir ese error», señalan estas fuentes. Ven a la secretaria general «cuestionada» por su manejo del caso Bárcenas y entienden que mientras falle la política, las medidas de regeneración democrática no serán suficientes. Para rematar, Floriano reprochó a «los partidos de izquierdas» que denuncien a miembros del PP. Y respecto a las próximas elecciones, sostuvo que ningún imputado por corrupción irá en las listas del partido, aunque se estudiará caso por caso.

Pedro Sánchez saca pecho

De puertas adentro, los socialistas admiten que la encuesta del CIS no es para lanzar las campanas al vuelo, pero consideran que al menos hay elementos que llaman a la esperanza y a ellos se aferró con fuerza Pedro Sánchez. El PSOE ha crecido en casi cuatro puntos en intención directa de voto respecto al sondeo de julio. «Hemos parado el golpe, hemos frenado la sangría -se felicitó Sánchez-, el PSOE tiene todo que ganar».

Las cifras vienen a confirmar el discurso que la cúpula del PSOE trata de construir desde que fue elegida en el congreso extraordinario de julio. Sin embargo, la situación sigue siendo delicada. Más de un 23 % de quienes se autoproclaman votantes socialistas dicen que votarían a Podemos de celebrarse ahora unas elecciones generales. A cambio, el PSOE apenas recibe un 5% del voto que huye de un PP que se desploma. Quizá eso es lo que llevo a Sánchez a matizar su entusiasmo y a prometer que trabajará «con humildad, esfuerzo y determinación» para recuperar la credibilidad perdida por su partido.

«Somos la alternativa al Partido Popular y lo vamos a demostrar cada día», dijo. Eso le exige ganar en la comparación con el torbellino de Pablo Iglesias. Y para ello apelará a quienes se sienten atemorizados por la incertidumbre que representaría un gobierno de Podemos. «El cambio con seguridad hoy en España solo lo puede ofrecer el PSOE», reiteró el dirigente socialista.