Advierte de que los que no vayan a votar figurarán en una peligrosa lista negra
08 nov 2014 . Actualizado a las 08:28 h.Manuel Ballbé (Barcelona, 1951), catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Barcelona, es muy crítico con el llamado proceso participativo del 9-N, que considera una «aberración» que carece de las mínimas garantías democráticas.
-¿Cómo valora la consulta?
-Las mesas no se forman por sorteo sino por voluntarios que pertenecen a un solo bando, el independentista, porque, claro, quién se va a presentar sin la camiseta amarilla. No hay interventores de todos los partidos. Esto supone una vulneración del principio democrático más importante, que es que las mesas estén controladas y se constituyan por sorteo. Pero lo más grave son las listas. Habrá una lista blanca donde estén los que han votado y una lista negra con los demás, que se apropian estos voluntarios. Todo el mundo sabrá quién ha ido a votar y quién no. No se garantiza la privacidad. Los funcionarios que no se hayan apuntado como voluntarios quedarán retratados ante sus jefes políticos. Y si no van a votar también quedarán registrados. Hay un miedo que no se visualiza, pero que está ahí.
-Pero los partidarios de la consulta argumentan que los catalanes tienen derecho a expresar su opinión sobre su futuro.
-Este año ya ha habido una consulta con todas las garantías, que fueron las elecciones europeas. Los líderes independentistas dijeron «vamos a demostrar a Europa cuántos somos». El cuerpo electoral era de cinco millones y medio, los partidos independentistas, incluida ICV, lograron menos de un millón y medio, es decir que cuatro millones dijeron que no por activa y por pasiva. Porque cuando se pregunta de forma plebiscitaria tiene que haber un sí activo. La independencia tendría que contar con dos tercios del censo y solo la vota uno. Hace dos años hubo otra consulta, las elecciones autonómicas, tras la masiva manifestación de la Diada en las que Artur Mas concurrió con el lema la voluntad de un pueblo y el resultado fue similar, hubo dos millones de votos a favor de los partidos independentistas y 3,5 en contra. Pero como pierden dicen que no valen y así hasta que ganen, esto no es democracia. Ahora vienen las municipales y unas autonómicas plebiscitarias. Tienen dos consultas más en pocos meses, ¿para qué montar la parodia del 9-N sin garantías?
-¿Cuánta gente irá a votar?
-Los propios estudios de la Generalitat dicen que dos millones de un cuerpo electoral de 6,3. Esto significa que más de cuatro millones no irán a votar porque no tienen la libertad ni los derechos garantizados y nunca han votado anteriormente por el sí. De esa forma estarán diciendo no a la independencia, como ya lo dijeron en las europeas. No quieren una confrontación. Los dos millones de independentistas son muy activos, tienen la legitimidad y la pasión para hacerlo, pero la democracia funciona con número de votos. Son cuatro millones que dicen no a la independencia contra dos y Madrid sigue sin querer verlo.
-¿Los resultados de participación y votos serán fiables?
-El principio sagrado de la democracia es que con las urnas no se juega. Nadie se las puede apropiar. Estas tienen que estar en manos de un árbitro imparcial como en el fútbol, no de voluntarios de una sola opción, en este caso independentista. Repito, las mesas se deben constituir por sorteo, debe haber interventores de todos los partidos y las listas de votantes tienen que estar protegidas. No se dan ninguna de estas condiciones. Tampoco han permitido que haya un debate previo ni espacios en los medios de comunicación públicos como TV3 donde hablen los partidos y organizaciones opuestos a la independencia. Es una aberración sin las mínimas garantías, algo que no pasaba ni en la Venezuela de Hugo Chávez, donde al menos había interventores. A partir de ahí todo es cuestionable. Tenga en cuenta que serán ellos mismos quienes hagan el recuento.