Las diferencias de Aznar con la cúpula de PP quedan claras no solo en el discurso, sino también en la agenda. Mientras Génova iniciaba ayer la ofensiva en Cataluña con la presencia de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que culminará hoy con el primer discurso de Rajoy en tierras catalanas tras el 9-N, Aznar participaba en Barcelona en el foro del Grupo de Líderes Empresariales (LIDE) de Brasil, sin haber sido invitado a ninguno de estos dos actos, a pesar de que su esposa, Ana Botella, estuvo ayer junto a De Cospedal.
El ex presidente tampoco comparte la estrategia del Gobierno y del PP en Cataluña. Mientras Dolores de Cospedal evitó el choque directo con Artur Mas y pidió no caer en la «provocación» de este, Aznar reclamó que se actué sin contemplaciones contra el presidente catalán. «O hay continuidad histórica o hay ruptura. Y cuando se lleva la política a estos límites, la acción debe ser muy clara», afirmó. Advirtió de que «quién utiliza las instituciones no para respetar la Constitución y sí para vulnerarla no solo comerte un error político, comete una grave deslealtad y pone en peligro las bases fundamentales de la convivencia entre españoles». Y concluyó diciendo que de las crisis económicas «se sale, con más o menos coste», pero las políticas son «mucho peores», porque requieren «sentido histórico, sentido de Estado y enorme generosidad».