El presidente del Congreso, Jesús Posada, se convirtió ayer en protagonista de los actos del día de la Constitución por partida doble. Por un lado, sufrió un lapsus durante su discurso y se refirió a sí mismo como «presidente del Gobierno». Tanto Rajoy, que se encontraba a su lado, como el resto de asistentes, esbozaron una sonrisa, aunque Posada no se percató de su error hasta que se lo comunicaron al concluir su intervención. Pero, al margen de la anécdota, su discurso resultó polémico porque, a juicio del PSOE, fue «desacertado y electoralista». Según el secretario de Organización del PSOE, el presidente del Congreso aprovechó un acto institucional para «contar la guía de campaña del PP». Posada aseguró en su intervención que la Constitución es «susceptible de reforma», pero pidió que se evite el «uso partidista, interesado u oportunista» de este debate. Además, el presidente del Congreso aseguró en su intervención que «las mejores cifras de paro en muchos años, la reacción de los mercados y las palabras de elogio recibidas por España en la cumbre del G20» permiten «augurar que dejamos atrás una situación crítica para situarnos en la senda de la recuperación económica». Posada, que sostuvo también que «no se puede concebir una España sin Cataluña», se defendió luego de las críticas en un corrillo con la prensa y aseguró que su discurso había sido «ecuánime».