Una red yihadista captaba niñas en Facebook para enviárselas al Estado Islámico

M. S. P. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Doce mujeres españolas ya habían sido adoctrinadas a través de grupos de WhatsApp para marcharse a Irak y Siria

17 dic 2014 . Actualizado a las 07:10 h.

La red yihadista desmantelada ayer en España y Marruecos era una de las tramas más peligrosas de Europa para la captación de mujeres para la guerra santa. Los siete detenidos en Ceuta, Melilla, Barcelona y en la localidad marroquí de Castillejos, habían tejido una verdadera tela de araña en Internet para reclutar a adolescentes y mujeres muy jóvenes, a las que poco a poco iban convencido para que terminaran abandonándolo todo y convirtiéndose en milicianas y en esposas, en realidad esclavas sexuales, de los muyahidines del Estado Islámico (EI), la organización terrorista que ya sojuzga vastas zonas de Irak y Siria.

Los detenidos en Melilla, dos mujeres y un hombre; Ceuta, una joven de 21 años; Barcelona, otra mujer de nacionalidad chilena, y Castillejos, dos varones, tenían como principales zonas de operación Ceuta y Melilla, aunque también intentaron fichar a sus víctimas en otras regiones de España. En total, según la Policía, ya habían captado a doce mujeres, muchas de ellas menores o adolescentes. Todas ellas ya había dado el sí para marcharse a Turquía en breve y desde allí llegar a las zonas bajo control de las huestes del Abu Bakr al-Baghdadi, el autoproclamado califa del Estado Islámico.

La red desarticulada funcionaba como una verdadera secta. El primer paso lo daban las cuatro mujeres detenidas en España. Ellas se dedicaban a buscar víctimas en las redes sociales, particularmente en Facebook. Cuando la encontraban, la sometían a un verdadero bombardeo de mensajes con la consigna de que «la crisis de valores en la sociedad occidental actual solo puede ser compensada a través de la interpretación extrema de los valores del islam». Poco a poco, las cuatro detenidas iban filtrando a las candidatas hasta seleccionar a las víctimas que pasaban a la fase siguiente. En esa segunda etapa, las jóvenes eran redirigidas a foros muchos más privados.

La red usaba fundamentalmente grupos privados de WhatsApp, que eran administrados por las captadoras. Allí, los sutiles mensajes de Facebook se tornaban en verdaderas arengas y consignas invitando a las mujeres a pasar a la acción y a abandonar sus familias. Las que respondían positivamente a esos mensajes pasaban a una tercera fase, en foros de Internet aún mucho más cerrados con «altísimas medidas de seguridad», en palabras de los investigadores.

La fase final, a la que solo accedían las mujeres que ya estaban claramente convencidas de incorporarse al Estado Islámico, era el contacto personal con alguna de las captadoras para ultimar el viaje a Irak y Siria.