Mantuvo el equilibrio entre su neutralidad institucional y su alusión a los problemas que afectan directamente a la gente
26 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Felipe VI abordó las tres grandes preocupaciones de los ciudadanos, por este orden, la corrupción, la crisis económica y el desafío independentista en Cataluña. El monarca dejó su impronta en un primer mensaje navideño muy medido, en la línea de discurso que pronunció en su proclamación. Logró mantener el equilibrio entre el carácter institucional que deben tener este tipo de intervenciones y la neutralidad a la que le obliga su cargo y abordar directamente los problemas, incluso marcando algunas distancias en el tono con el Gobierno, que no hay que olvidar debe dar su visto bueno al texto.
Infanta
Palabras aplicables a su hermana. La decisión del juez Castro de sentar en el banquillo a su hermana condicionó el mensaje del rey. Más aún porque Cristina de Borbón no ha renunciado a sus derechos dinásticos. Optó por no referirse explícitamente a un escándalo que desgasta gravemente a la Corona. Tampoco su padre citó a Iñaki Urdangarin en la Nochebuena del 2011, cuando dijo que «la justicia es igual para todos», aunque estaba claro que hablaba de su yerno. Felipe VI dio un paso más y lanzó un mensaje contundente contra la corrupción. Sostuvo que no debe haber «tratos de favor» en quienes ostentan una responsabilidad pública y señaló como paso positivo que el Estado de Derecho funciona, ya que los responsables de estas conductas irregulares terminan ante los tribunales. Palabras aplicables punto por punto a la infanta Cristina. Aunque, sin duda, podría haber ido más allá en este asunto.
economía
La crisis no ha acabado, pero mejora la situación. Hace unos días Mariano Rajoy señaló que «en muchos aspectos la crisis ya es historia del pasado». Una frase que le costó muchas críticas y luego matizó. El rey arrancó su discurso recordando que «muchos ciudadanos y España en general» viven «tiempos difíciles» y que la «dureza y duración de la crisis produce en muchas familias incertidumbre». Si diagnóstico es que la situación económica sigue siendo preocupante y el desempleo es inaceptable. Solo después de dicho esto valoró muy positivamente, en la línea del Gobierno, las cifras macroeconómicas, crecimiento del PIB y creación de empleo. Una mejoría económica, pero sin lanzar las campanas al vuelo, ni mucho menos. Además, hizo dos referencias muy significativas: la economía debe estar siempre al servicio de las personas y hay que garantizar el Estado de bienestar.
cataluña
Apela a los sentimientos y lanza un mensaje a Mas. Fue la parte del mensaje más emotivo. En primer lugar hizo una cerrada defensa del la Constitución, como marco de convivencia, sin ninguna referencia a su posible reforma. Es decir, en sintonía con Rajoy. Defendió la unidad de España, pero señaló que más que la economía o los intereses lo que cuentan son los sentimientos. «Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón», dijo con énfasis, para añadir que «como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser». También lanzó sendos mensajes a Rajoy y Artur Mas, al pedir un «esfuerzo leal y sincero» para que se produzca el reencuentro basado en «los afectos mutuos y los sentimientos que compartimos». Pero fue mucho más directo respecto el dirigido al presidente catalán: «Nadie en la España de hoy es adversario de nadie». Una respuesta a lo que dijo Mas en octubre, cuando aseguró que «el adversario real es el Estado español».
futuro
Mira al futuro con esperanza, pese a las dificultades. «España», «confianza» y «futuro». Estas fueron las palabras más utilizadas por el monarca, después de «debemos». Una muestra de que, pese a reconocer los momentos complejos difíciles que atraviesa el país, quiso lanzar una mensaje de esperanza y de que quiere mirar poco al pasado y mucho al futuro. «Tenemos capacidad y coraje de sobra» para superar las dificultades, dijo. Llama la atención la insistencia en el «debemos» en momento de auge de una fuerza política que se llama Podemos.
diferencias
Marca distancias con su padre. En esa línea de mirar al futuro, apenas realizó una mención muy escueta, sobria y nada personal a su padre, para resaltar que el proceso de abdicación y proclamación fue un ejemplo que dio España al mundo. Asimismo, se despidió en las cuatro lenguas cooficiales, otra diferencia respecto a Juan Carlos I. Su mensaje fue más directo, más centrado en los problemas concretos y con menos lugares comunes que los de su antecesor. Su imagen de rey joven que se esfuerza por sintonizar con los ciudadanos y recuperar la credibilidad de la institución contrastó mucho con la que dio su padre en sus últimos mensajes navideños.