La Agencia de Protección Civil recuerda que en caso de intoxicación por inhalación de humo los síntomas suelen ser mareo, desorientación, agresividad, tos, dificultad para respirar, mocos y saliva negros, cefalea, falta de fuerza muscular, agotamiento, náuseas y/o vómitos, e incluso se puede alcanzar un estado de coma o parada cardiorrespiratoria. Todo ello a causa de la falta de oxígeno necesario para respirar.
Qué se debe hacer
Además de guardar la calma y llamar al 112 para contactar con servicios sanitarios y bomberos, Protección Civil recomienda intentar que las víctimas salgan por su propio pie a una zona ventilada. Para desplazarse en un lugar con humo, se debe arrastrar por el suelo, ya que en esa zona el aire es más limpio.
Si no hay peligro, apagar la fuente intoxicante (estufas, llave de gas...). No encender luces, mecheros ni tocar los timbres de las puertas, porque se podría provocar una explosión.
Abrir ventanas y puertas para ventilar, pero siempre una vez que el fuego esté sofocado. De lo contrario, el oxígeno que entra del exterior avivaría las llamas.
Si la víctima estuviese ardiendo, debe echársele encima una manta o bien hacerla rodar por el suelo. Para facilitar que respire mejor, hay que aflojarle ropas y complementos que rodeen el cuello, y ponerla en posición cómoda. Si está consciente, hay que colocarla en posición lateral de seguridad. Si no respira, debe practicarse la reanimación cardiorrespiratoria hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Qué no se debe hacer
Entrar en un lugar con humo sin protegerse. Los pañuelos en la boca protegen de cenizas y del humo, pero no de los gases. Entrar sin que nadie espere fuera por si le pasa algo.
Encender cerillas, mecheros o interruptores en un sitio donde pueda haber gas. Dar de comer o beber a la víctima. Intentar apagar con agua la llama provocada por fuente eléctrica. Abrir las ventanas con fuego activo, ya que el oxígeno del aire alimenta el fuego.