Ruz denegó en cinco ocasiones su puesta en libertad y la Sala Penal le impuso una fianza de 200.000 euros tras otras tres negativas
22 ene 2015 . Actualizado a las 12:41 h.El extesorero del Partido Popular (PP) Luis Bárcenas ha permanecido 574 días en la cárcel de Soto del Real (Madrid), por orden del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, sin que haya facilitado pistas durante este tiempo sobre el destino de los 48,2 millones de euros que en enero de 2008 llegó a acumular en dos bancos de Ginebra (Suiza).
El juez Ruz, que envió a la cárcel al extesorero el 27 de junio de 2013, mantiene imputado a Bárcenas en el caso Gürtel y en la pieza separada en la que investiga la supuesta contabilidad B del PP, que ha sido «acreditada» tanto por la Fiscalía Anticorrupción como por la Abogacía del Estado, dependiente del Ministerio de Justicia.
En la causa principal, desgajada en una primera pieza en la que se investiga la «primera época» de actividades de la red (1999-2005), la Fiscalía solicita para el extesorero 42 años y medio de cárcel por los delitos de apropiación indebida, blanqueo de capitales, fraude fiscal, cohecho, falsedad documental y estafa procesal en grado de tentativa.
A su esposa, Rosalía Iglesias, que «no tiene ni para Coca-Cola», según declaró el pasado 28 de mayo el exsenador del PP y amigo del matrimonio Luis Fraga, la Fiscalía le reclama 24 años y un mes de cárcel. Las cuentas de ambos, su vivienda en Madrid y su chalet en la estación de esquí de Baqueira Beret están embargados desde julio de 2013 para cubrir las responsabilidades civiles que podrían afrontar en un eventual juicio, que ascenderían, respectivamente, a 43,2 y 6 millones, respectivamente.
Ello ha obligado a que la fianza de 200.000 euros impuesta por la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal para garantizar el sometimiento de Bárcenas a la acción de la justicia haya tenido que ser reunida por nueve familiares, entre ellos los hermanos, sobrinos y cuñados y la suegra del extesorero.
Durante los 19 meses en los que Bárcenas ha permanecido en prisión, el juez Ruz ha tratado de rastrear tres transacciones a Uruguay por valor de tres millones de euros que el extesorero realizó entre abril y junio de 2009, dos meses después de que se produjeran las detenciones de los cabecillas de la trama, según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.
Las dos primeras, de un millón de euros, acabaron en una sociedad denominada Grupo Sur de Valores y la tercera, también por valor de un millón, fue a parar a Lidmel International. Según una comisión rogatoria que las autoridades de Uruguay remitieron al juez en junio pasado, una parte de esa inversión -920.000 dólares (679.733 euros)- fue repartida en 23 transferencias a compañías de siete países: Argentina, Estados Unidos, China, Hong Kong, Tailandia, India y Gran Bretaña.
Se trata de compañías dedicadas a la distribución de dispositivos GPS de la marca Garmin, la fabricación de cosechadoras agrícolas, artículos de bisutería, pantallas LED para eventos deportivos, escenarios y aparatos para masajes, servicios de transporte internacional de carga y alquiler y venta de inmuebles.
Fin de la instrucción
El magistrado dio por finalizada la investigación el 26 de noviembre pasado, cuando transformó las actuaciones en procedimiento abreviado, equivalente al procesamiento, contra un total de 43 personas, entre las que se encuentran los también extesoreros del PP Álvaro Lapuerta y Ángel Sanchís. La Sala de lo Penal, además, retiró del procedimiento al empresario Enrique Carrasco al considerar que sus delitos se encuentran prescritos.
El principal revés que ha sufrido el procedimiento se ha producido este mismo mes de enero, cuando la Oficina Federal de Justicia de Suiza negó al juez Ruz la posibilidad de utilizar la información bancaria que le ha remitido en el marco del caso Gürtel para acusar al extesorero del Partido Popular (PP) Luis Bárcenas del delito de fraude fiscal. Este organismo entendió que «las autoridades españolas no ofrecieron explicaciones lo suficientemente convincentes» sobre las circunstancias en las que se produjo el fraude fiscal atribuido al antiguo responsable de las finanzas 'populares'.
Durante el tiempo en el que Bárcenas ha permanecido en prisión, su abogado, Javier Gómez de Liaño, que renunció el pasado lunes a seguir representándole, ha visto como el juez Ruz rechazaba sus peticiones de puesta en libertad en cinco ocasiones (septiembre y noviembre de 2013 y en marzo, junio y diciembre de 2014) y la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal en otras tres (julio y diciembre de 2013 y mayo de 2014).
A la novena intentona, los magistrados Ángela Murillo, Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel acordaban una fianza de 200.000 euros, al considerar que la investigación se encuentra «ya finalizada», lo que aminora el «riesgo de fuga».
En todo caso, Bárcenas tendrá la obligación de comparecer en el Juzgado Central de Instrucción número 5 todos los lunes, miércoles y viernes. Además, deberá designar un domicilio y entregar su pasaporte, y tendrá prohibido abandonar el territorio nacional.
Tras su ingreso en prisión, Bárcenas dio un giro a su estrategia de defensa el 15 de julio de 2013 y admitió la autoría de la contabilidad B del PP, que ha permitido investigar, entre otras actuaciones, si las obras de remodelación de Génova se pagaron con dinero negro y operaciones presuntamente irregulares en el PP de Castilla-La Mancha, La Rioja y Pontevedra. El pasado 10 de abril volvió a declarar ante el juez para señalar que cada organización territorial disponía de «una caja B».
La vida en prisión
Bárcenas, que antes de su detención mantenía un alto de nivel de vida con continuos viajes de esquí a las estaciones más caras de los Alpes y cenas en restaurantes de lujo, se ha tenido que acostumbrar estos 19 meses a vivir con un máximo de 80 euros a la semana que únicamente ha podido gastar en el economato de la prisión.
El extesorero fue muy bien recibido en Soto del Real hasta el punto de que varios compañeros de celda llegaron a describirlo como «un héroe» y «una persona majísima». Según fuentes penitenciarias, en julio del 2013 Bárcenas recurrió a un demandero, figura habitual en las cárceles, para que le hiciera llegar los puros que se suele fumar en el patio, ya que no le gustan los que venden en el economato.
El peor episodio vivido por Bárcenas en prisión se produjo el 31 de diciembre de 2013, cuando tuvo que ser ingresado en el Hospital Gregorio Marañón tras sufrir una urticaria. Durante ese traslado mantuvo un enfrentamiento con la Guardia Civil por el que fue sancionado sin paseos en el patio.