Rajoy toma impulso con los elogios de Merkel y el centroderecha europeo

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Atlas TV

Lo ponen como ejemplo y modelo de las políticas de la recuperación

23 oct 2015 . Actualizado a las 08:51 h.

Mariano Rajoy vivió ayer uno de sus mejores días. Con los buenos datos de empleo de la EPA bajo el brazo, recibió un cúmulo de elogios y fue vitoreado por los principales líderes del centroderecha europeo, con Angela Merkel a la cabeza. A menos de dos meses de las elecciones, todos le dieron su respaldo y le pusieron como referente y ejemplo por lo que consideran éxito indiscutible de sus políticas y reformas económicas.

En su discurso de clausura del congreso del Partido Popular Europeo, el presidente del Gobierno cargó contra los independentistas, los populistas, los socialistas y los nuevos partidos en clave electoral. Advirtió de que «las propuestas de opciones políticas radicales, tanto secesionistas como populistas», son una amenaza que van contra la «concordia europeísta». De las políticas socialistas dijo que «se expresan en números rojos, en déficits intolerables, en crecimiento negativo y destrucción de empleo». Pero también lanzó un mensaje sin citarlo contra Ciudadanos, su gran rival en la disputa del espacio de centroderecha, al asegurar que «surgen por doquier y en toda Europa todo tipo de partidos que lo arreglan todo en media hora, que no han gobernado nunca y, cuando lo hacen, ya tenemos algunas experiencias en Europa».

Nuevos y viejos demagogos

Frente a todo ellos, a los que etiquetó despectivamente como «nuevos y viejos demagogos», contrapuso la estabilidad y la seriedad de las políticas del PP, que han dado como resultado la recuperación económica. Su conclusión fue que los populares europeos «no somos el refresco de moda, ni una fiebre de un día ni una vieja idea fracasada que se disfraza de novedad». Rajoy exhibió la recuperación económica y la creación de empleo. «Estamos contentos y orgullosos porque créanme que ha sido duro y difícil, pero hoy podemos decir que lo hemos conseguido», afirmó.

Uno tras otro, todos los intervinientes ensalzaron sus logros y le desearon suerte en las urnas. El congreso se convirtió así en un gran mitin, muy importante, de la precampaña de Rajoy, arropado por sus correligionarios tras la crisis vivida por el PP la semana pasada.

La canciller alemana destacó que Rajoy asumió un difícil legado, pero cogió «el toro por los cuernos» y adoptó medidas difíciles, que han dado como resultado que hoy la situación sea «totalmente diferente», con la creación de un millón de puestos de trabajo y la vuelta crecimiento, aunque admitió que aún queda mucho por hacer. Por ello, le dio las gracias y le deseó todo lo mejor para las elecciones. Pero la mujer más poderosa de Europa también se puso su propia medalla, ya que aseguró que la recuperación de España, Irlanda o Portugal es fruto de «nuestros programas», lo que equivalía decir de las políticas de austeridad diseñadas desde Berlín. «Nosotros no le hemos contado milongas a los ciudadanos, les hemos dicho que si trabajábamos duro podíamos andar por buen camino», afirmó. Merkel defendió también, en pleno proceso soberanista en Cataluña, la «integridad territorial» de todos los Estados miembros de la UE como uno de «los cimientos básicos a nivel europeo» y advirtió de que «no se puede ceder en este punto». La mujer más poderosa de Europa no solo apoyó a Rajoy de palabra, sino con numerosos gestos de cariño y efusivos abrazos.

Demasiado modesto

«Estamos orgullosos de un presidente como tú, querido Mariano, volveremos a finales de año y con un presidente que se llamará Mariano Rajoy», afirmó el expresidente francés Nicolas Sarkozy. «Mariano Rajoy es un modelo a seguir para todos los populares europeos», señaló Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, que destacó sus logros, aunque sea «demasiado modesto» para reconocerlos. «La Unión Europea necesita a España y España necesita al PP. ¡Viva España y viva el presidente Rajoy!», proclamó el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.