Dos hijos de Pujol atribuyen ante el juez su fortuna a su olfato para los negocios

M. S. P. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

ANDREA COMAS | Reuters

Josep y Pere Pujol dieron seis horas de pormenorizadas explicaciones ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata

14 nov 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

Seis horas de pormenorizadas explicaciones. Una batería de argumentos para intentar convencer a Anticorrupción y al juez de la Audiencia Nacional José de la Mata de que su fortuna nada tiene que ver con las supuestas comisiones ilegales que varias empresas pagaron al clan Pujol para conseguir adjudicaciones públicas. Josep y Pere Pujol se presentaron ayer en el tribunal con una doble estrategia común: convencer de que todo el dinero viene de la buena gestión que su hermano Jordi Pujol Ferrusola, Júnior, hizo de la herencia de su abuelo en nombre de toda la familia y aparecer como grandes hombres de negocios a los que su infalible olfato les hizo ganar dinero rápido. Ambos salieron de la Audiencia Nacional en la misma condición con la que entraron -imputados por blanqueo de capitales-, pero, eso sí, libres y sin que la Fiscalía pidiera para ellos ningún tipo de medidas cautelares, ni siquiera la retirada del pasaporte.

Según fuentes jurídicas, uno y otro negaron por activa y por pasiva la principal tesis de Anticorrupción: que ellos, como el resto de los hermanos, recibían del primogénito, Júnior, transferencias periódicas de dinero a través de mercantiles pantallas, testaferros y complicadas operaciones financieras. Unas cantidades que no eran otra cosa que el reparto de beneficios familiar de las mordidas que pagaban las empresas adjudicatarias.

Los dos imputados reconocieron, aunque con muchas lagunas, haber recibido dinero del vástago mayor en diferentes divisas, pero insistieron que esas cantidades eran el reparto de dividendos que Júnior hacía de la gestión de la herencia opaca en Andorra de su abuelo Florenci.

Buena parte de los interrogatorios de ambos también versaron sobre la operación más sospechosa de todas. El pelotazo que cuatro de los hijos del expresidente dieron con las acciones de la empresa General Lab en una operación dirigida por el primogénito. Los dos imputados ayer defendieron que fue una exitosa y arriesgada transacción bursátil. Anticorrupción siguió sosteniendo que no fue suerte, sino el pago de una comisión.

En el 2005, Júnior ofreció a tres de sus hermanos varones la compra de 700 acciones de General Lab por las que pagaron en total 42.000 euros. Dos años después, las vendieron por 2.306.745 euros, o sea, 54 veces su valor.