Sánchez rechaza el referéndum por «ilegal» pero ofrece a Puigdemont acuerdos concretos

EFE BARCELONA

ESPAÑA

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«Queremos una nueva hoja de ruta en las relaciones con la Generalitat basada en el diálogo, el entendimiento y la convivencia» ha asegurado el líder de los socialistas

15 mar 2016 . Actualizado a las 16:18 h.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha asegurado que la reunión con el president Carles Puigdemont abre la «etapa de deshielo» entre Generalitat y Estado, y ha hecho así un llamamiento al «diálogo» para hallar soluciones al conflicto actual, aunque ha rechazado la posibilidad de un referéndum en CataluñaPuigdemont y Sánchez se han reunido por espacio de hora y cuarto en el despacho del president en el Palau de la Generalitat, en el primer encuentro entre ambos dirigentes, a petición del socialista.

Al término del encuentro, Sánchez ha comparecido ante los medios para explicar los contenidos de una reunión que ha confiado en que sea «la primera de muchas otras» que puedan tener ambos dirigentes si finalmente el dirigente del PSOE es investido presidente. «Creo que se ha abierto una etapa de deshielo entre Generalitat y Gobierno de España y la política española. Cuando se abre una etapa de deshielo es cuando afloran las soluciones», ha remarcado Sánchez.

A su juicio, el «diálogo y la negociación son imprescindibles para encontrar una solución que conviene a la mayoría de catalanes y españoles. Por nosotros no quedará. Vamos a intentar hablar de todo y con todos, incluso con aquellos que discrepamos».

Y es que Sánchez se ha mostrado «convencido» de que dentro de la Constitución «hay mucho camino por recorrer para que Cataluña se sienta a gusto como quiere y como merece». Tras asegurar que en ningún caso se ha tratado un posible apoyo de Democràcia i Llibertat (DiL) a su investidura, Sánchez ha explicado que Puigdemont le ha puesto sobre la mesa la cuestión del «derecho a decidir», a lo que él ha dejado claro su rechazo frontal. «A mi juicio, el orden de los factores sí altera el producto. Puigdemont quiere votar para romper, pero yo quiero lo contrario: acordar y después votar» una nueva Constitución y un nuevo Estatut para Cataluña, ha señalado. Es por ello que ha recalcado que «dentro de la Constitución y la legalidad, estoy dispuesto a hablar de todo, pero debe ser dentro de los márgenes de la Constitución y la legalidad democrática». 

Ha reiterado que su voluntad es que Cataluña participe de la renovación política de España, además de que «los catalanes voten, pero voten un nuevo pacto de convivencia», ya que a su juicio las elecciones del 20D demostraron que una «mayoría de catalanes» desean participar en la renovación del «proyecto común».

Es por ello que Sánchez ya ha planteado a Puigdemont su «nueva hoja de ruta en las relaciones entre Generalitat y Estado», basadas en «el diálogo, el entendimiento y la convivencia».

En primer lugar ha abogado por la «reactivación» de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, que no se reúne desde el 2011 y que, para Sánchez, podría ser el escenario para «desbloquear muchos de los 23 puntos» de la lista que Artur Mas planteó a Mariano Rajoy en el 2014.

Entre esos «muchísimos elementos en los que se pueden entender Gobierno y Generalitat» están, para el líder del PSOE, la financiación autonómica, una «prioridad» para los socialistas; pero también las inversiones que el Estatut contempla y que el Gobierno «debe cumplir», el reparto «equitativo» de los objetivos de déficit, «activar» el corredor mediterráneo o «la agenda social».

Y, en segundo lugar, ha reivindicado la reforma constitucional, en la que también se «resolverían muchos de los problemas de autogobierno que demanda la Generalitat». «Apostando por el diálogo podremos encontrar soluciones, que no van a ser fáciles, inmediatas ni sencillas», ha admitido.

En todo caso, ha agradecido la «amabilidad y hospitalidad» de Puigdemont en el camino para «normalizar» las relaciones entre Estado y Generalitat y dejar atrás «la ausencia de diálogo» y el «bloqueo institucional» tras «cuatro años de enfrentamiento».

Además, ha asegurado que le «gustaría» que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, se reúna también con Puigdemont. «Creo que va tardando. Llega tarde a muchas cosas», ha agregado Sánchez, que ha restado importancia a las advertencias de Ciudadanos ante la posibilidad de que se hablara de la consulta en esta reunión. «Siempre he creído que sin diálogo solo hay bloqueo político y con diálogo se pueden encontrar soluciones. Rivera y yo mismo hemos defendido que el diálogo es fundamental», ha sentenciado.

El Govern mantiene que el plan soberanista es «inalterable»

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asegurado a Pedro Sánchez que el Govern mantiene «absolutamente inalterable» su hoja de ruta hacia la independencia, por lo que no contempla una implicación del soberanismo en la reforma de la Constitución, aunque le ha agradecido el «diálogo».

Tras la comparecencia del secretario general del PSOE ante los medios para explicar los contenidos de la reunión, ha sido el turno de la consellera de la Presidencia, Neus Munté, que ha indicado que el presidente catalán ha «agradecido el gesto» de Sánchez de solicitar este encuentro para inaugurar un «marco de diálogo para normalizar las relaciones» entre el Govern y el Estado.

Esta es, según ha puesto de relieve Munté, «una primera diferencia» entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez: «Hay voluntad de hablar y de establecer sinergias de diálogo, que son positivas y que hemos echado en falta en los últimos años». En el transcurso de la reunión, Puigdemont ha trasladado a Sánchez el «malestar» de su Govern por unas declaraciones del líder socialista en las que alertaba de posibles problemas de «convivencia» en Cataluña fruto del proceso soberanista.

Fuentes de la Generalitat han explicado a Efe que en este punto Puigdemont se ha mostrado especialmente dolido y, por la respuesta obtenida, el president ha constatado que Sánchez entiende que fue demasiado lejos en esa valoración y que no volverá a emplear esos términos, según han señalado las fuentes citadas.

Puigdemont le ha hecho saber que, en base a los datos demoscópicos del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO), cerca de un 80 % de los catalanes son partidarios de decidir en un referéndum el futuro político de Cataluña y hasta un 87,6 % «aceptaría el resultado» de esta consulta: «No hay ni se le espera ninguna crisis ni ruptura de la convivencia», ha recalcado Munté.

Otra de las cuestiones que ha planteado Puigdemont es que para el Govern es prioritario que «el modelo de inmersión lingüística quede blindado» pese al acuerdo de legislatura alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos: «Para el Govern es una cuestión central. No aceptaremos ningún matiz», ha recalcado la portavoz del gobierno catalán. Según ha indicado Munté, el líder del PSOE ha negado que su acuerdo con Ciudadanos ponga en riesgo el modelo de inmersión.

Munté ha puesto en valor que Sánchez se haya «interesado por la situación de las finanzas de la Generalitat»: el president le ha explicado los «problemas de liquidez» por los que atraviesa y las condiciones «humillantes» que impone el Gobierno central para recibir recursos del Fondo de Liquidez Autonómica. También ha trasladado a Sánchez su enojo con el Ejecutivo de Mariano Rajoy por la constante «invasión competencial» y por los «compromisos pendientes en infraestructuras» y en materia social.

En la reunión no han abordado «de forma explícita», según Munté, las 23 reivindicaciones que Artur Mas planteó a Rajoy el 30 de julio de 2014, un listado de reclamaciones que a juicio del Govern no deberían ser objeto de negociación porque se derivan de «sentencias, leyes o compromisos adquiridos por el Estado». Puigdemont también ha pedido a Sánchez que el PSOE se posicione en contra del «juicio político» abierto contra miembros del anterior Govern por la consulta del 9N.

Sobre la propuesta de reforma constitucional que le ha planteado Sánchez, Puigdemont considera que es «claramente insuficiente» y no puede contar con su colaboración: «No somos favorables, no nos van a encontrar en esta modificación constitucional», ha zanjado Munté.

La consellera de la Presidencia ha dejado claro que el Govern sigue «comprometido» con la «hoja de ruta soberanista» que las elecciones catalanas del 27 de septiembre «legitimaron», si bien mantiene su apuesta por celebrar un referéndum si el Estado lo autoriza, porque «podría suponer un marco de entendimiento».

«Estamos trabajando con el objetivo de construir un Estado dentro de la Unión Europea», ha insistido Munté, que sin embargo no cierra la puerta a mantener un «diálogo sin líneas rojas» con el Estado. De hecho, ha asegurado que Puigdemont está «abierto a hablar con todos los que se lo pidan», en un dardo implícito a Rajoy, de quien se quejó en enero porque no había recibido ni una llamada de cortesía para felicitarlo por su investidura como president.