El expediente a Barberá apacigua los ánimos en un PP harto por la corrupción

nuria vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

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El círculo de Rajoy reivindica como suya la decisión, pese al apoyo de este a la exalcaldesa

17 mar 2016 . Actualizado a las 12:47 h.

La plana mayor del PP se reunió ayer en la convención económica que el partido había organizado en el centro de Madrid. Pero el cónclave tan solo sirvió para constatar que los casos de corrupción han terminado por eclipsar cualquier intento de Mariano Rajoy por retomar la iniciativa política. La apertura de un expediente informativo a Rita Barberá y su antiguo equipo municipal resonaba un día después en los corrillos de los populares, en los que se admitía que la decisión había servido para tranquilizar a militantes y cargos de la formación, hartos de asumir las consecuencias de los escándalos. La mayoría sospecha, aun así, que se trata de un parche que solo contribuirá a «alargar la agonía».

Los dirigentes del PP comienzan a asumir que ya no caben medias tintas. Muchos en el partido se sienten identificados con la denuncia de los vicesecretarios Javier Maroto y Pablo Casado, que el pasado martes se negaron a dar por buenas las explicaciones de la exalcaldesa de Valencia sobre el presunto blanqueo de capitales en el ayuntamiento. «Barberá no tiene ninguna necesidad de seguir en su escaño [del Senado]», aseguraba un representante popular, mientras el PP vasco exige a la exregidora una «reflexión profunda». «En este caso, está claro que se está haciendo un daño considerable al partido», ahondó la portavoz de la formación, Laura Garrido.

También la presidenta de la Comunidad de Madrid reclamó a su compañera más explicaciones. «Lo que estamos viendo, las grabaciones y demás, muy tranquilizador no parece», lamentó tras insistir en el camino de la «tolerancia cero». Pero tanto Cristina Cifuentes como el propio Maroto trataron de valorar ayer el paso dado por la cúpula al abrir expediente a los 50 miembros del PP implicados en la operación Taula. «Me alegro muchísimo, creo que es una decisión que las bases entienden», subrayó el responsable de acción sectorial. Mientras, la dirección del partido se afanaba en tratar de sofocar el incendio y negar la brecha abierta 24 horas antes, cuando Maroto mostró su malestar con Barberá mientras Rajoy confesaba que el compromiso de la exalcaldesa de declarar ante el juez le dejaba «tranquilo».

Dos visiones incompatibles

«No existe ningún tipo de división», zanjó el vicesecretario de organización, Fernando Martínez Maíllo. También en el entorno del presidente se niega con rotundidad que a día de hoy en la formación cohabiten dos visiones políticas incompatibles: la de quienes quieren mantener «la prudencia» ante presuntos casos de corrupción y quienes piden una «purga» que deje atrás a todos los que cometieron irregularidades en el PP. «Aquí, ¿quién decide que se abra un expediente, Rajoy o Maroto?», preguntaban indignadas fuentes próximas al líder de los populares.

Presiones

La versión oficial dice que la determinación de actuar contra Barberá se tomó por la mañana, una vez revisado el sumario sobre la presunta financiación ilegal. Pero a diversos cuadros del partido no les cuadra. No comprenden cómo siendo así nadie comunicó a los vicesecretarios que el PP se había puesto ya a trabajar para esclarecer los hechos o qué llevó a Rajoy a darse por satisfecho con las declaraciones de la senadora y amiga. «Es un paso adelante muy importante», incidió el presidente una vez que la exalcaldesa dio explicaciones en rueda de prensa. En los círculos en los que se desconfía de las palabras de la cúpula agradecen que Maroto y Casado «agitaran el árbol» del que cayeron frutos.

Quienes conocen al jefe del Ejecutivo ponen énfasis en que haya aceptado finalmente investigar a Barberá. Más allá de la relación personal que les une, fuentes populares recuerdan que la senadora está «acostumbrada a presionar mucho» y a ganar los partidos por goleada. Hasta ahora se ha resistido a ser cuestionada por la dirección nacional e incluso ha reclamado en privado que impida a la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, retirar el acta a los concejales investigados. Pero la formación en Valencia no está dispuesta a cejar en el empeño.

Lotería para blanquear el dinero de las comisiones

La Unidad Central Operativo (UCO) de la Guardia Civil sospecha que el PP de Valencia no solo usó el pitufeo de sus dirigentes y asesores para blanquear el dinero que había en su caja B a través de falsas donaciones de mil euros que les eran devueltas en dinero negro con billetes de 500. Los investigadores están convencidos de que el grupo municipal popular que dirigía Rita Barberá también usó la venta de lotería de Navidad para lavar la ingente cantidad de dinero que atesoraba fruto de comisiones irregulares.

La pista la dio una de las libretas con asientos contables escritos a manos encontradas el pasado enero durante los registros de la operación Taula en poder de la secretaria del grupo y mujer de confianza de Barberá, María del Carmen García-Fuster, a la que la investigación sitúa al mando de la operación de lavado. En la libreta denominada Deutsche Bank aparece en el haber bajo el concepto «ingreso lotería» 60.000 euros anotada en diciembre pasado. Se trata de la misma libreta en la que aparecieron, también en el haber los ingresos de mil euros de los cargos y asesores a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas del 2015. En el haber de esa libreta solo figuran como ingresos, al margen de las falsas donaciones y la lotería, las cuotas de los afiliados y los intereses que daba la cuenta.

Lo que ha llamado la atención de los investigadores es que la lotería se compute como ingreso antes incluso de que se pagara. La compra de la lotería se registra días después, incluso ya en el 2016, semanas después de celebrarse el sorteo.

Las sospechas de que había algo turbio en la venta de la lotería de Navidad se vieron confirmadas el pasado 26 de enero, cuando la exconcejal María José Alcón, mujer del exvicealcalde Alfonso Grau, confesó ante la Guardia Civil que García-Fuster aprovechaba la confusión de billetes de las ventas de participaciones para blanquear. «El partido hacía lotería para ganar fondos. Coincidiendo con la recogida de la lotería en la sede del grupo municipal, María del Carmen García Fuster le daba un billete de 500 euros que la manifestante tenía que devolverle en billetes más pequeños», señalan las actas de la declaración de Alcón ante la UCO.