Los populares, abiertos a modificar la reforma laboral para propiciar un acuerdo
15 jul 2016 . Actualizado a las 09:27 h.Dos semanas. Ese es el plazo que maneja Mariano Rajoy para convencer a Albert Rivera de que Ciudadanos vote a favor de su investidura en la segunda ronda del 5 de agosto y a Pedro Sánchez para que el PSOE se abstenga. Con ese escenario sería investido de nuevo presidente del Gobierno, y lo sería dentro de los tiempos que él mismo se ha fijado. El líder del PP va a llevar las negociaciones con Sánchez y Rivera en persona y «con discreción», según apuntó ayer el número tres del partido, Fernando Martínez-Maíllo. No está en los planes del candidato popular crear equipos negociadores que se reúnan con luz y taquígrafos ni dar explicaciones a los medios de comunicación tras cada encuentro. Lo que en ocurrió en las negociaciones tras las elecciones del 20D fue, en su opinión, un «espectáculo deplorable». Y no quiere publicidad no tanto por secretismo sino por urgencias de tiempo.
Su idea es ir a la entrevista con el rey con los deberes avanzados, es decir con un acercamiento a PSOE y Ciudadanos que buscaría rematar en la última semana de julio para llegar con los objetivos alcanzados al debate de investidura en la fecha que ha marcado en rojo en su calendario, el 2 de agosto. Ese es el plan de trabajo previsto que apuntan en el PP basado más en impresiones que en información. Otra cosa será la realidad porque los designios de Rajoy solo los conoce él y no piensa compartirlos.
El candidato popular, por ejemplo, pudo ser más optimista en el balance que hizo el miércoles de la primera ronda de contactos, pero se guardó información positiva. «Se ha hablado mucho más de lo que se ha contado», apuntó el vicesecretario de Organización, uno de los dirigentes en los que más confía Rajoy. También el responsable de Comunicación, Pablo Casado, cree que tras lo hablado entre Rajoy y Sánchez «hay un buen punto de partida», y no faltan razones para ser «optimista».
Objetivo, 170 votos
Maíllo confirmó que el objetivo del PP es que Ciudadanos «pase de la abstención al voto afirmativo» y que los socialistas se convenzan de que es «compatible» encabezar la oposición con «no obstaculizar» que haya Gobierno. De conseguirlo, Rajoy podría llegar a la investidura con 170 votos en el zurrón; 137 de los diputados de su partido, 32 de los de Ciudadanos y el probable de Coalición Canaria. Ante ese respaldo «a ver quien es el guapo», como dijo el barón socialista extremeño Guillermo Fernández-Vara, que impide la investidura.
Aunque el documento que el PP quiere que sea la base de las negociaciones ha tenido una gélida acogida por parte del PSOE y Ciudadanos, Rajoy y su partido insisten en que es una buena base para la discusión. Hay asuntos que la oposición exige reformar y que ni se mencionan en las 55 páginas del Programa para el Gobierno de España, pero el PP está resuelto a incluirlos. La modificación de la reforma laboral es uno de ellos, y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, afirmó ayer que su partido está abierto a «mejorar» una de las piezas centrales de la obra legislativa de Rajoy, una cuestión tabú hasta ahora. «Todo está abierto», redondeó la número dos del PP.
También la vicepresidenta del Gobierno se sumó a la operación para presionar y emplazar a los socialistas a que den «una pensada» a la situación y pongan en una balanza la repetición de las elecciones o que gobierne Rajoy con ellos al frente de la oposición. Soraya Sáenz de Santamaría se mostró convencida de que PP y PSOE podrán entenderse como han hecho en el pasado en asuntos de Estado, y lo harán de «una u otra forma» antes del 2 de agosto.
Lo que puede ser un problema es que Rajoy no quiere que el acuerdo se limite a la investidura, pretende que vaya más allá y que garantice la aprobación de los Presupuestos, el techo de gasto de 2017, y de las medidas de estabilidad que, a buen seguro, impondrá la Comisión Europea al Ejecutivo entrante para contrarrestar el incumplimiento de los objetivos de déficit. Pero para eso, afirman en el PP, están los nacionalistas.
Los diputados de En Marea y Sánchez aún no se han acreditado
El próximo martes se constituirán oficialmente las nuevas Cortes y aún hay 38 parlamentarios electos que no han acudido al Congreso para acreditar oficialmente su condición de diputados. Entre ellos está Pedro Sánchez, que es el único de los candidatos a la presidencia que no ha cumplimentado el trámite. También están pendientes de acreditarse los cinco diputados de En Marea. Ayer lo hicieron 29 parlamentarios.
Rivera insta al líder del PP a «seducir» a Sánchez para que se mueva del no a la abstención
Albert Rivera quiere facilitar la investidura de Mariano Rajoy, pero no quiere hacerlo solo, pretende estar acompañado en ese trance parlamentario por los socialistas. El líder de Ciudadanos invitó al presidente en funciones a que haga un esfuerzo para «seducir» a Pedro Sánchez a fin de que el PSOE se abstenga en la votación del 5 de agosto, según el calendario que manejan los populares. Con ese paso, la reelección de Rajoy estaría asegurada y Rivera no cargaría con la responsabilidad de haber sido el único respaldo del PP.
El líder de Ciudadanos cree que Rajoy debería tener «cintura» y ser generoso con Sánchez porque como «no se pueden pedir gratis las cosas» el líder del PSOE espera que el candidato popular «le ofrezca cosas» a cambio de la abstención de sus 85 diputados.
Si los gestos seductores no dan resultado, Rivera se ofreció a «mediar» entre PP y PSOE para que se entiendan. Lo que se necesita, comentó, es que la legislatura empiece a caminar y si hace falta «echar un cable», se echa. El líder de Ciudadanos afeó de todos modos a los socialistas que se enroquen en el no «sin tener alternativa, sin sumar con nadie». Eso, agregó, «no es legítimo» porque piden a los demás que «se muevan» y ellos «no se mueven ni un milímetro».
Rivera, además, aseguró que su partido, por más que se lo reclame el PP, no va a pasar de la abstención al sí a la investidura. Fue «difícil» convencer a la dirección de Ciudadanos del cambio de postura, argumentó, así que plantear un nuevo paso más allá no entra en sus planes.
Presidencia del Congreso
La primera prueba de fuego sobre la posición de Ciudadanos será el próximo martes, con la constitución de las Cortes. Ese día se decidirán la presidencia y la composición de la Mesa del Congreso, y la posición de Ciudadanos será clave. En la pasada legislatura, el apoyo de Ciudadanos a Patxi López fue determinante para la elección del socialista. Ahora, el PSOE pretende repetir la jugada, pero el PP no está dispuesto a ceder nuevamente y situar como tercera autoridad del Estado a un miembro de la oposición. Aunque Rivera sigue aferrado a su tesis de que la presidencia del Congreso no debe ocuparla alguien del primer partido cuando este está lejos de la mayoría absoluta, el PP está dispuesto a abrir la mano para que C’s esté en la Mesa del Congreso a cambio de su apoyo.