Advierte que en ningún caso puede ir más allá de la cuarta semana de agosto
23 jul 2016 . Actualizado a las 09:12 h.La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dejó claro ayer que la renuncia de Mariano Rajoy, su sacrificio político para que Ciudadanos apoye al Ejecutivo y ponga al PSOE en la casi obligación de tener que abstenerse y permitir la investidura del nuevo candidato popular, nunca se va a producir. Es algo que ni contempla Rajoy ni la cúpula de su partido. Sáenz de Santamaría zanjó la posibilidad, apuntada por los dirigentes de Ciudadanos e insinuada en el manifiesto firmado el jueves por varios exministros socialistas y excargos populares, con el argumento de que las elecciones del 26 de junio fueron «un test de claridad» y que sirvieron «para poner las cosas en claro».
Intentó desmarcarse de las actuales negras perspectivas que tiene la investidura de su líder y, además de insistir en las llamadas a la responsabilidad a Ciudadanos y PSOE, porque España «necesita un Gobierno rápido», aseguró que el presidente está «muy activo» y trabaja «con intensidad» en «contactos constantes, pero discretos», con muchos representantes sociales, fundamentalmente políticos. «Veo al presidente en una actitud muy positiva y trabajando todo lo que puede» para lograr sus objetivos, un Gobierno con cierta estabilidad que sea capaz de afrontar los retos urgentes del país, como son el cumplimiento de la nueva senda de déficit que va a marcar la UE y la aprobación de unos Presupuestos para el 2017.
La vicepresidenta sí admitió que los planes de Rajoy, que aspiraba a celebrar la sesión de investidura entre el 2 y el 5 de agosto, puedan retrasarse ante la constatación de que no cuenta con apoyos suficientes para salir elegido. Se resguardó en que, hasta que concluya la ronda y el rey comunique su decisión, no se puede anticipar nada. De hecho, ni siquiera es seguro que los contactos vayan a terminar con un candidato, porque el PP dice que a la investidura solo se va para ganar. Lo único que sí dio a entender es que para que haya Gobierno y ese Ejecutivo pueda aprobar los presupuestos, la investidura no debe celebrarse después de la tercera o cuarta semana de agosto.
Sáenz de Santamaría no ocultó que, ante el enrocamiento del PSOE, el objetivo fundamental de Rajoy, el que centrará sus esfuerzos antes de ver a don Felipe, es convencer a Rivera de que se avenga a negociar un sí a cambio de aceptar algunas de las principales reformas que reclama.
Presiones a Ciudadanos
Además de con promesas, Rajoy también apela a su responsabilidad institucional, para que España no se paralice en un momento en que la UE la mira con lupa, y ataca su flanco débil con la posibilidad de que, si el PP fracasa en la investidura, no solo existe la amenaza real de unas terceras elecciones sino también de que Pedro Sánchez intente antes un Ejecutivo con Podemos y los independentistas. Partidos nacionalistas que, le repite, están totalmente excluidos de cualquiera de los acuerdo de investidura que buscan los populares.
Moncloa trata de inyectar optimismo de cara la ronda con el rey, como que Rajoy está tan convencido de que será investido que ya prepara el grueso de su discurso. Sin embargo, los mensajes de los principales portavoces del PP indican que el bloqueo político es real. Javier Maroto admitió que PSOE y Ciudadanos no mueven sus posiciones pese a los insistentes contactos. Dijo que los socialistas se cierran a cualquier diálogo y que Ciudadanos está dispuesto a hablar de Presupuestos y otras reformas, pero solo si hay Gobierno, porque ahora no quiere acuerdo alguno. Su compañero en la cúpula popular, Fernando Martínez-Maillo, se cebó con los de Rivera en una cierta señal de impotencia. «Sinceramente, Ciudadanos está jugando con fuego», aseguró.
Los diputados de Compromís se irán al Grupo Mixto si no pueden crear uno valenciano
El grupo parlamentario de Unidos Podemos no tardará en empezar a dividirse. Los nueve diputados de A la Valenciana registraron ayer en la Cámara baja su petición para constituirse como grupo parlamentario, y lo hicieron advirtiendo que acudirán al Tribunal Constitucional en caso de obtener un no por respuesta, como ocurrió en la pasada legislatura y con seguridad volverá a ocurrir en esta. El plazo para solicitar la creación de grupos parlamentarios está abierto hasta el próximo martes.
Los representantes de la candidatura valenciana aliada de Unidos Podemos criticaron que se les niegue a ellos lo que sí se le va a permitir a priori a Convergència, pese a que los catalanes no cumplen con el requisito de haber cosechado al menos el 15 % de los votos en cada una de las circunscripciones en las que se presentó. No obstante, la situación entre unos y otros es diferente. En el caso de A la Valenciana el problema viene por que no compitió contra Podemos en las tres provincias donde se presentó, por lo que, según el reglamento del Congreso, no pueden ser considerados como un grupo diferente.
Los cuatro diputados de Compromís anunciaron que, en caso de no obtener grupo propio, lo más probable es que se integren en el Grupo Mixto en lugar de permanecer en el de Unidos Podemos. Esta decisión ya la tomaron la pasada legislatura y es la que ya han adoptado los dos senadores de Compromís, Carles Mulet y Jordi Navarrete, que descartaron cualquier intento de intentar formar grupo con otros parlamentarios de Podemos..