Un tercio de los ingresos llegaba de convenios con bancos para no hablar mal de ellos
29 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El grupo empresarial nacido en torno a la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), fundado en 1984 por Luis Pineda Salido -en la cárcel desde mediados de abril-, varios familiares y dos socios, facturó 101.843.117 euros en el período 2005-2014, según los datos del registro mercantil y del sumario que investiga el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz por delitos de extorsión, fraude, amenazas y administración desleal. El volumen de negocio de Pineda y asociados alcanzó una media de facturación anual de unos 10 millones (sin IVA). Esta consolidación se produjo después de que en el 2002 la sociedad matriz se escindiera en dos empresas para soslayar la paradoja de que las revistas de Ausbanc cobraban publicidad de quienes defendían.
Así, por una lado nació Ausbanc Consumo (organización de consumidores) y del otro Ausbanc Empresas, que edita seis revistas. La particularidad de ambas es que aparecen con personalidad jurídica de asociación cuando existe un claro interés lucrativo en sus actividades, según sostienen los investigadores.
Este fue el principal motivo por el que la Audiencia Nacional expulsó en el 2007 a Ausbanc Consumo como acusación popular del procedimiento de Fórum y Afinsa, la gran estafa filatélica con cientos de afectados. Le acusaron de fraude procesal porque ambas firmas pagaron 2,45 millones en publicidad a cambio de que Pineda les defendiera públicamente en sus panfletos.
Dos años antes, Ausbanc Consumo ya fue expulsada del registro de consumidores tras una denuncia del BBVA. Por este motivo nació la asociación Causa Común, creada en Uruguay, donde Pineda tiene algunos bienes y se sospecha que pudo blanquear capitales. Esta firma fue inscrita en el registro español de colectivos de consumidores para poder seguir personándose en causas judiciales.
Para contextualizar los 101,8 millones que facturó el grupo Ausbanc en la última década hay que sumar las otras líneas de negocio surgidas al calor de los beneficios del grupo de Pineda. En este período aparecieron otras publicaciones editoriales, mercantiles dedicadas al desarrollo turístico y patrocinios de eventos, sociedades sanitarias y de inversión en oro o diferentes productos inmobiliarios (viviendas, locales, etc.).
El grueso de la facturación neta entre 2005 y 2014, 83,2 millones de euros, procedió de las citadas asociaciones: Ausbanc Consumo y Ausbanc Empresas, de la que unos 34 millones (casi 40 con IVA) vinieron en exclusiva de entidades bancarias. Los 18,6 millones restantes procedieron de otras editoriales, del alquiler de inmuebles, empresas de recursos (informática y gestoría) y de otros negocios: agencias de viaje, ensayos clínicos oftalmológicos, bares, eventos y la venta de lingotes de oro y plata a través de la firma Oroinversor, según se desprende de los datos contenidos en el registro mercantil.
4.500 afiliados
La cuenta en exclusiva de Ausbanc Consumo, casi 25 millones, se nutrió de las cuotas de los afiliados (4.500, según los investigadores policiales), los ingresos por costas e indemnizaciones obtenidos en procesos judiciales, los ingresos públicos y privados por patrocinios de eventos (foros jurídicos) y los obtenidos por subvenciones públicas «incumpliendo los requisitos de actividad (ánimo de lucro) y de número de socios», ya que algunas subvenciones exigen un mínimo de 10.000 personas.
La división de empresas, la gran joya del encarcelado Pineda
La segunda pata de Ausbanc era Ausbanc Empresas. En esta división, la facturación de la última década se acercó a los 58 millones de euros. Esta marca era, con diferencia, el gran tesoro de Pineda, que se encuentra en prisión provisional desde que fue detenido en abril pasado junto al secretario general de Manos Limpias Miguel Bernad. Del total de la factura, los bancos dejaron a 31,4 millones en concepto de publicidad a media decena de revistas del grupo. En la mayoría de las ocasiones el coste de los convenios publicitarios superó la media de las tarifas existentes en otros medios.
Una de las pocas entidades que se negó a participar de ese «chantaje» -como así lo definieron ante el juez sus propios directivos- fue Novagalicia Banco cuando José María Castellano se hizo con sus riendas. Eso provocó que Pineda pusiera en marcha una agresiva campaña de descrédito e insultos hacia el directivo y la propia entidad.
En los balances contables del grupo Ausbanc destaca otro dato curioso: el aumento sostenido de la facturación anual desde el 2012: de 9,9 a 11,2 millones. Coincide con la personación de Manos Limpias en algunos de los procesos judiciales más mediáticos: los ERE fraudulentos en Andalucía, los papeles de Bárcenas, el caso Bankia (otra entidad que no le pagó) o el caso Nóos, donde la única acusación del sindicato permitió llevar a juicio a la infanta Cristina.
El último informe de la Policía Nacional concluye que Pineda empleó a Manos Limpias «para presionar a entidades y perseguir a quien considera, en cierto modo, sus enemigos».