Esa es la señal que esperan los críticos para tratar de desalojar a Sánchez, como ya lo intentaron tras el 20D
18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La guerra en el PSOE está declarada.. De momento, el enfrentamiento tiene lugar mediante declaraciones demoledoras, filtraciones interesadas en los términos más duros y movimientos de adhesión y duras descalificaciones en las redes sociales. La batalla final se disputará tras las elecciones gallegas y vascas del 25S, en las que las encuestas vaticinan para los socialistas malos resultados en el primer caso y pésimos en el segundo.
Esa es la señal que esperan los críticos para tratar de desalojar a Sánchez, como ya lo intentaron tras el 20D. Y en esta ocasión Susana Díaz está dispuesta a tomar el mando de las operaciones, animada por el éxito del movimiento en defensa de la libertad de expresión de Guillermo Fernández Vara, criticado por la dirección socialista por pedir la abstención a Rajoy en los medios y no en los órganos del partido.
Torpedo contra Sánchez
A esta iniciativa, que era un torpedo en la línea de flotación y que no tuvo nada de espontánea sino que fue planificada, se unió un peso pesado como Alfredo Pérez Rubalcaba, además de Carme Chacón, Eduardo Madina o Elena Valenciano. Varias fuentes señalan que la presidenta andaluza ha realizado dos viajes esta semana a Madrid de forma secreta para preparar el terreno.
El sector más crítico traslada que lo que de verdad está intentando Sánchez es gobernar con el apoyo de Podemos, los independentistas catalanes y el PNV y que su apuesta por un pacto a tres con los partidos que lideran Iglesias y Rivera es una cortina de humo. La dirección socialista lo niega de plano y señala que se atendrá a la resolución del comité federal, que lo prohíbe. Varios barones, el castellano-manchego Emiliano García-Page con más contundencia que ninguno, le han advertido que no se le ocurra ir por ese camino. Si lo hace se opondrán en el comité federal.
Cita orgánica
Díaz da por seguro que ese comité federal se celebrará tras el 25S, lo que los afines de Sánchez también admiten. Ese podría ser el momento de censurarle y provocar su caída. Pero los opositores también podrían utilizar la vía de la ejecutiva, en la que las fuerzas están muy igualadas. En todo caso, los «susanistas» están convencidos de que tienen una mayoría clara en el comité federal.
Los puentes están rotos entre Sánchez y los barones críticos. Solo uno de los siete presidentes autonómicos del PSOE, la balear Francine Armengol, apoya al secretario general. Pero este cuenta con un equipo muy fiel y está seguro de que con la mayoría de la militancia, que cree respalda su no es no. De momento desde Ferraz contestan con datos a Díaz, que asegura que con 85 diputados no se puede gobernar: los socialistas lo hacen en cuatro de sus siete autonomías (Asturias, Baleares Valencia y Aragón) con un porcentaje de escaños muy similar al que tienen en el Congreso y, además, con el beneplácito de Podemos.