Los críticos con el PSOE presentan 17 dimisiones para forzar la salida de Sánchez, que se aferra al cargo
ESPAÑA
La dimisión de la mitad de los miebros de la Ejecutiva significaría la desaparición de este órgano y que el partido quedase en manos de una gestora.
28 sep 2016 . Actualizado a las 21:18 h.Los miembros de la Ejecutiva del PSOE críticos con el secretario general, Pedro Sánchez, han presentado 17 dimisiones, dentro de la estrategia que han diseñado en los últimos días para precipitar la disolución de este órgano y forzar la caída del secretario general. Aunque los críticos dan por supuesto que si alcanzan a la mitad de este órgano (que ahora conforman 35 personas) el partido quedaría en manos de una gestora, que se haría cargo de la gestión de la formación, el secretario de Organización, César Luena, replicó por la tarde que Pedro Sánchez sigue liderando la formación y que deberá convocarse un comité federal para que, a su vez, convoque el congreso federal extraordinario en el que los militantes decidirán sobre el futuro de la secretaría general de la formación.
Después de la intervención de Luena, Antonio Pradas, hasta ahora responsable de Política Federal del PSOE, ha acudido a la sede socialista de Ferraz, donde no pudo entrar, para exigirle a la dirección encabezada por Pedro Sánchez que la Ejecutiva esta disuelta y que su obligación es cumplir la ley. En este sentido argumentó que debe reunirse la Comisión de Garantías para redactar un dictamen sobre los efectos de las dimisiones producidas. Pradas explicó que es una absoluta arbitrariedad que mañana se reúna la Ejecutiva del PSOE, porque ese órgano no existe ni tiene ninguna legitimidad para tomar decisiones. Además se ha referido al secretario de Organización como a un «compañero más».
17 dimisiones
Ante el enrocamiento del líder socialista en su postura de mantenerse en el cargo y defender la convocatoria de un congreso, los sectores del partido en desacuerdo con esta posición han decidido no esperar a la reunión del sábado y esta misma tarde 17 de sus miembros han optado por abandonar la ejecutiva. Los encargados de entregar las firmas en la sede socialista de Ferraz han sido el secretario de Política Federal, Antonio Pradas, destacado dirigente de la federación socialista andaluza y número tres del partido, y Eva Matarín, secretaria de Inmigración y afín al exdirigente madrileño Tomás Gómez.
Según los Estatutos del PSOE, si dimiten «la mitad más uno» de los miembros de la Ejecutiva se tiene que celebrar un Comité Federal extraordinario para nombrar una nueva dirección del partido, lo que se interpretaría como el relevo del secretario general. En el Congreso socialista celebrado en julio del 2014 se eligió una Ejecutiva liderada por Sánchez y compuesta por otros 37 miembros. De ellos, tres ya no pertenecen a la Ejecutiva -el fallecido Pedro Zerolo, el gallego José Ramón Gómez Besteiro y el canario Javier Abreu- lo que provocaría que con 17 dimisiones se podría forzar la salida de Sánchez.
Los miembros del Comité que han presentado su dimisión son
- Antonio Pradas
- Micaela Navarro
- Emiliano García-Page
- Ximo Puig
- Luz Rodríguez
- María José Sánchez Rubio
- Juan Pablo Durán
- Carme Chacón
- Eva Matarín
- Tomás Gómez
- Estefanía Martín Palop
- Noemí Cruz
- José Miguel Pérez
- Carlos Pérez
- María Murillo
- Francisco Pizarro
- Manuela Galiano
En la carta de renuncia piden que el cese y la disolución de la dirección del partido se incluya en el orden del día del Comité Federal del próximo sábado. Solicitan, además, que sea el máximo órgano del partido el que acuerde «las medidas estatutarias y políticas que corresponden en su seno».
El Comité Federal del próximo sábado no incluye en su orden del día este asunto y, al tener carácter extraordinario, no cabría incorporar nuevos puntos a su debate, según los estatutos del partido. No obstante, los críticos consideran que sí debería ser objeto de debate para que se consume la disolución de la Ejecutiva, una vez que han dimitido 17 de los miembros.
Guerra abierta
Los malos resultados cosechados por el PSOE en las elecciones gallegas y vascas del pasado domingo han supuesto una escalada total de las tensiones en el seno del partido esta mañana. Las disputas del secretario general con algunos de los barones regionales y otros dirigentes han acabado en una guerra mediática. Esta mañana ha sido el expresidente español Felipe González el que ha cargado con dureza contra Pedro Sánchez. González se ha mostrado «traicionado», ya que el actual secretario general le aseguró que se abstendría en una hipotética segunda votación de investidura a Rajoy para facilitar la gobernabilidad de España. Sánchez ha respondido diciendo que respetaba su opinión, e invitó a Susana Díaz, una de sus grandes enemigas internas, a que se posicionase: «Yo estoy en el no y González en la abstención. Me gustaría saber en qué bando está Susana Díaz», dijo.
En respuesta a los movimientos de los críticos, Pedro Sánchez ha animado a presentar este mismo miércoles su dimisión a los miembros de la Ejecutiva Federal que no se sientan parte de su proyecto: «Si no se sienten parte de este proyecto, yo en su lugar dimitiría hoy», dijo en una entrevista a eldiario.es.
Escaso apoyo en Galicia
Pese a que Pilar Cancela, en su valoración de los «malos resultados» de las autonómicas del 25S, dio por buena la hoja de ruta de Sánchez para celebrar primarias e ir a unas terceras elecciones, el apoyo del PSdeG al líder del PSOE no está tan claro. Es tan endeble como los castillos que se alzan sobre columnas de papel. Se trata de un respaldo más personal de Cancela que colegiado, pues tiene detractores de todo pelaje, tanto de los posicionados en el sector crítico como de otros alineados con Leiceaga, el candidato a la Xunta. Tanto es así que la mayoría de los once miembros gallegos del comité federal del PSOE están en contra del atajo a través del cual Sánchez pretende doblegar a los barones territoriales.
El comité federal se reunirá el sábado para aprobar o desautorizar la convocatoria de primarias y el congreso federal propuestos por Sánchez. De los once gallegos con voto en este órgano, ocho recelan de la hoja de ruta del secretario general, que consideran «descabellada», «un desnorte» o «una auténtica locura». Entre ellos figuran exdiputados autonómicos como Pablo García, Marisol Soneira o María Quintas; el alcalde de Vigo, Abel Caballero; la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva; así como el eurodiputado José Blanco y las secretarias generales de A Coruña y Ferrol,Mar Barcón y Beatriz Sestayo, respectivamente.
En una posición más templada se sitúan el pontevedrés Antón Louro y el lucense Ricardo Varela, ambos secretarios de organización del PSdeG con Touriño.Por tanto, la hoja de ruta «acertada» trazada por Sánchez, como la valoró Cancela, solo tiene asegurado un voto en Galicia de los once posibles y genera recelos entre la gente de Leiceaga. Y eso que Galicia es, presuntamente, una federación afín a Sánchez.
En concreto Abel Caballero mostró este miércoles su apoyo a Felipe González, tras sus declaraciones en una entrevista. «Es un gran analista político» por lo que sus palabras sobre el panorama político hay que tenerlas en cuenta, afirmó el alcalde de Vigo.
La socialista Laura Seara ha afirmado en el programa Al rojo vivo, de La Sexta, que «Felipe González es una persona de partido, a la que se le tiene que escuchar y no deja de dar la razón a los están poniendo sobre la mesa que hay que hacer las cosas de otra forma». «En el PSOE no hay unos de derechas y otros de izquierdas, todos somos de izquierdas» y recordó las palabras de Ramón Rubial, que decía «primero el país, después la gente y allí abajo, vosotros», ha asegurado Seara.
«A nadie le agrada votar a Rajoy, pero el país no puede seguir así y el PSOE en esta deriva de fracaso total en las últimas seis elecciones», ha recalcado. «Yo hubiera dimitido después de los resultado de diciembre, y seguro, en junio», ha replicado a la pregunta de si Sánchez debería dimitir ahora. Seara ha negado que haya «riesgo de ruptura en el PSOE» y lo ha calificado de «vertebral para España y para Europa». Y ha pedido un profundo debate que «no se liquida en un congreso de 20 días». «No es una época de cambios, es un cambio de época», ha defendido y «hay que actuar sin pensar en personalismos».
Y ha recordado a Sánchez que «los expresidentes, los líderes territoriales, las juventudes socialistas» cuestionan lo que se está haciendo y el que está al frente «debería dar un paso atrás».