Mientras los diputados gallegos se mueven entre el apoyo a Sánchez o evitar definirse, el grupo parlamentario socialista en Madrid se parte en dos ante la jornada clave de hoy
01 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La división del grupo parlamentario socialista es un hecho. Imposible resulta trazar un mapa infalible de dónde se sitúa cada uno de los 84 diputados respecto a Pedro Sánchez y una posible nueva sesión de investidura de Mariano Rajoy. Ni siquiera las federaciones socialistas tienen alineados en su mismo carril a los representantes de sus territorios en las Cortes. Pero la división es cada vez más palpable, aunque diputados de los dos bandos aseguren que nada romperá su unidad de acción en la cámara.
Los parlamentarios de Madrid o País Vasco ejemplifican una fractura que escenificaron ayer Eduardo Madina y Rafael Simancas, dos de los integrantes de la lista de la capital de España y que en las dos últimas elecciones generales encabezó Pedro Sánchez. Mientras Madina se declaró contrario a explorar un posible gobierno con los 85 diputados socialistas o consideró «inhábil» a la ejecutiva de Sánchez, Simancas se manifestó abiertamente en contra de favorecer la investidura de Rajoy, y apeló a los críticos a que presenten su alternativa y digan si permitirán gobernar al PP.
Semejante pulso se evidencia en la federación vasca, con Patxi López a favor de Sánchez y el también diputado Odón Elorza en contra, o en la catalana alineada con el secretario general, aunque con posiciones opuestas encabezadas por la exdiputada Carme Chacón.
Calculada neutralidad
La representación gallega en las Cortes no deja al descubierto de manera tan elocuente sus discrepancias, aunque las hay. Entre los seis diputados obtenidos en junio la posición mayoritaria es la de defensa de las tesis de Sánchez y por tanto de la gestora que encabeza Pilar Cancela. Los silencios o calculadas neutralidades es lo que más se acerca de momento a las posturas de oposición al secretario general.
«Lealdade e apoio» abiertamente es lo que transmite Cancela hacia la gestión de Sánchez, al que ve «lexitimado» por el voto de la militancia.
Un apoyo cerrado y completo hacia sus reflexiones muestra la diputada ourensana Rocío de Frutos. «Suscribo todo lo que ella ha dicho», afirma, mientras asegura que el grupo parlamentario a pesar del debate interno sigue con su trabajo diario. «Mi secretario general seguirá siendo Pedro y tendrá mi apoyo y respeto hasta el final», mantiene.
El pontevedrés Guillermo Meijón, coordinador de los diputados gallegos en las anteriores legislaturas, se abona a las argumentaciones de Borrell: «Cuando todo falla, siga las instrucciones», dice para avalar que se celebre un congreso extraordinario como plantea Sánchez y que su ejecutiva siga mientras en funciones. Meijón reclama «sentido común y establecer puentes» entre los dos sectores, avanzando que pese a la disparidad de posiciones el grupo parlamentario se ha atenido hasta ahora a lo definido desde el comité y la ejecutiva federal.
Que prime el reglamento
El coruñés Ricardo García Mira defiende igualmente que se siga el reglamento del PSOE para resolver el conflicto de legitimidad interno, aunque apela al consenso para «evitar llevar al partido al fango». «Lo prioritario es resolver el problema del país», añade, aunque eso no signifique que está a favor de dejar gobernar al PP, todo lo contrario.
La diputada viguesa, Dolores Galovart, independiente en las dos últimas listas del PSOE al Congreso, solo concede por su parte como posicionamiento que «estoy en el grupo de los estupefactos». Lo dice para eludir dar más pistas de su posición, pese a ser la apuesta de Abel Caballero para representar a Vigo en la Cámara baja.
«Sería impropio dejar gobernar al PP y el que piense lo contrario, que lo diga en público»
La diputada lucense Margarita Pérez es la única que contempla la posibilidad de dejar el escaño si no comparte el futuro por el que opte el PSOE. «De cuestiones internas no hablo, mi opinión personal es irrelevante», dice para evitar ubicarse en bando alguno, «porque siempre haré lo que los órganos del PSOE dictaminen, lo haré con mayor o menor satisfacción», reconoce. «Y si mi discrepancia fuera tal, dimitiría», advierte.
«No sería propio del PSOE dejar gobernar al PP y el que piense lo contrario, que lo diga públicamente», reclama por su parte la ourensana Rocío de Frutos, que lamenta que en la anterior legislatura desde la izquierda «se le pusiesen tantas líneas rojas a Pedro Sánchez».
La «posición contraria a unha abstención» que conceda el Gobierno de nuevo al PP es la línea oficial reiterada por la presidenta de la gestora, Pilar Cancela, en lo que coincide el diputado pontevedrés Guillermo Meijón. «No a Rajoy y no a unas terceras elecciones», dice para apostar por sondear un Gobierno hacia la izquierda, posición compartida por García Mira, que considera que se debe volver a plantear a Podemos y a Ciudadanos un pacto, abierto a PNV y ERC también.