Me parece una fecha oportuna y acertada para celebrar la Fiesta Nacional, pues la inserción de la cultura española y europea en el mundo americano es el acontecimiento más importante protagonizado por España en toda su historia. El 12 de octubre de 1492 empezó a cambiar el mundo. La magnífica revista republicana Hora de España, en plena guerra civil invitaba a sus lectores a celebrar el día de la hispanidad. «Es el día de la España libre, que no quiere ni puede dejar de serlo, y de los pueblos de América nacidos cabalmente bajo el signo de la libertad». A través de la reafirmación de España, América estaba descubriendo de nuevo su raíz hispana.
La hispanidad es un concepto englobador de todas las naciones hispanohablantes definido por los vascos Zacarías Vizcarra y Ramiro de Maeztu y difundido en Buenos Aires, el 12 de octubre de 1934, por el catalán Isidro Gomá en un apologético discurso. Algunos ignorantes, cada día más numerosos, rechazan su celebración por considerarla una fiesta franquista, cuando lo cierto es que la instauró Alfonso XIII en 1918 y la primera vez que se celebró fue en 1911 en la Casa de América de Barcelona por iniciativa de algunos catalanistas deseosos de fomentar el comercio con los países hispanoamericanos para seguir vendiéndoles sus productos textiles.
La alcaldesa de Barcelona proclamó su disgusto ante la celebración de lo que ella y sus compañeros de tripulación consideran que es el aniversario de un puro y simple genocidio. No quiero debatir con una patulea de ignorantes sobre lo que ya la historiografía mundial se ha pronunciado, apartándose de ese capítulo condenatorio de la leyenda negra que tristemente hoy tiene más seguidores en España que en el resto del mundo culto.
Como buena parte del prestigio que ostentan quienes así se expresan se basa en la reivindicación de la cultura republicana y en la lucha por la recuperación de lo que ellos llaman memoria histórica, no estará de más recordar en esta meditación sobre la idea de España lo que dijeron sobre esta fecha y sobre su celebración aquellos republicanos que son tomados como manipulada referencia. Lean el penúltimo número de la revista Hora de España, publicado en octubre de 1938, cuando los severos reveses en el frente hacían presagiar la derrota definitiva del régimen del 14 de abril. En situación tan amarga, los redactores, enmarcaban su reflexión sobre la hispanidad explicando el sentido de aquellos veintisiete meses de guerra que, para ellos, era un combate por la libertad y, en especial, por la libertad de quienes pertenecían a una misma comunidad racial y cultural a uno y otro lado del Atlántico. «Maldita guerra. Maldita circunstancia. Desventurada patria, que hoy no quiere cultivar la conciencia nacional entre sus ciudadanos. Triste destino el que silenció la herencia de un profundo sentimiento nacional, hasta el punto de avergonzarse de causa tan noble quienes ahora se llaman a sí mismos descendientes directos de los vencidos en aquel trance».
Fernando García de Cortázar es historiador y autor de la novela «Alguien heló tus labios», un relato sobre el sentimiento de España.