El catedrático asegura que «es imposible cubrir todas las zonas blandas susceptibles de atraer atentados»
18 ago 2017 . Actualizado a las 18:25 h.José Julio Fernández Rodríguez (A Rúa de Valdeorras, 1970) es catedrático de Derecho Constitucional y dirige el Centro de Estudios de Seguridade, un organismo puesto en marcha por la Universidade de Santiago y el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional que lleva años trabajando sobre escenarios de riesgo terrorista en España. Ayer, la noticia del atentado de Barcelona no le cogió del todo por sorpresa. «Era algo sobre lo que todos los analistas llevábamos mucho tiempo alertando. Era cuestión de tiempo que ocurriera», advierte.
-¿Qué explicación tiene para este atentado en Barcelona?
-España es un país clave en la imaginería yihadista y era casi inevitable sufrir un atentado así. Han ocurrido en todos los países de nuestro entorno y aquí era cuestión de tiempo. Daesh [acrónimo árabe del Estado Islámico] lleva meses perdiendo la guerra sobre su base territorial y busca con estos golpes en Europa ganar la batalla propagandística. Cada vez le cuesta más golpear, pero su fórmula de terrorismo low cost y contra zonas blandas, donde saben que difícilmente van a tener respuesta, porque solo hay civiles o personas desarmadas, se está demostrando como imposible de frenar y está cosechando notables éxitos: Londres, París, Berlín... Los antecedentes están ahí.
-¿Por qué este escenario?
-Aunque habrá que analizar bien toda la información que se irá descubriendo en los próximos días, los yihadistas del Daesh son un nuevo terrorismo que nada tiene que ver con lo que conocíamos antes del año 2000. Son gente que atenta generalmente en las zonas en las que vive, con medios al alcance de cualquiera. Los datos sobre el primer detenido así lo confirman. Cataluña es, junto con Ceuta y Melilla, uno de los principales puntos de concentración de islamistas radicales en España.
-¿Han fallado los sistemas de seguridad?
-Creo que no. Creo que el atentado se produce a pesar de los más de 180 detenidos vinculados al yihadismo desde que se decretó el nivel cuatro sobre cinco de alerta en todo el país y a pesar del excelente trabajo de las fuerzas de seguridad y de los servicios de inteligencia. Predecir una acción de este tipo es imposible, aunque sí será necesario analizar la posible existencia de otros fallos que puedan ayudarnos a entender las causas de este atentado.
-¿A cuáles se refiere?
-En España nos gusta mucho ser políticamente correctos y hay cosas que no son populares. Desde mi punto de vista, es evidente que han fallado las políticas públicas en muchos lugares de Cataluña. Que no estamos sabiendo transmitir a los radicales las bondades de nuestro sistema democrático para que abandonen sus procesos de radicalización y no se conviertan en instrumentos del terror. Más del 90 % de los terroristas que han atentado en Europa en los últimos años son personas criadas en el continente, que han estudiado en nuestras escuelas y a los que no hemos sabido transmitirles nuestros valores. Y luego por esos valores de acogimiento y respeto a los demás se autorizan las mezquitas de garaje, la financiación procedente de países sospechosos de apoyar el terrorismo... Sé que esto hay gente a la que no le gusta oírlo, pero los hechos están ahí. Los terroristas se mueven por principios religiosos que no estamos sabiendo combatir. Se matan porque alguien les ha convencido de que eso les ayudará en otra vida. Uno de los caminos tiene que ser la secularización del islam, la apuesta por la laicidad, como ya se ha empezado a hacer en Francia. Y eso, insisto, para algunos sigue siendo políticamente incorrecto.
-¿Puede haber algún vínculo entre el ataque de Barcelona y el primer gran golpe de carácter yihadista que hubo en Europa, el de Madrid en el 2004?
-Diría que no, que los tiempos han cambiado tanto que no tiene nada que ver lo ocurrido entonces con lo de ayer. Digamos que lo de Madrid fue un atentado casi artesanal, cometido bajo los viejos preceptos del terrorismo preDaesh. El terrorismo yihadista entonces era más típico, por definirlo de alguna forma. Se escondían para atentar, se organizaban en células... Ahora basta con unas pocas semanas para que un individuo se radicalice. El terrorismo yihadista es global, como las redes sociales. Cualquiera puede convertirse en un terrorista low cost.
-Vislumbra un escenario incontrolable a corto plazo.
-Es que aunque la base territorial del Daesh desaparezca en Siria e Irak, eso no significa que los atentados vayan a desaparecer. El yihadismo mutará y se transformará para asentarse en otros sitio, no sé si en Malasia, Filipinas, Libia o de vuelta a Afganistán. Pero seguirán buscando golpes en Europa para lograr la notoriedad necesaria para atemorizar a los rivales del islam. Esa es su mentalidad.
«Galicia tiene lugares muy simbólicos para atraer un ataque, como Santiago»
José Julio Fernández Rodríguez insiste en que la batalla de la educación es uno de los pilares fundamentales en la lucha contra los yihadistas. «El atentado de Barcelona no cambia nada en el escenario de lucha contra el terror. Las medidas de seguridad se han demostrado eficaces durante todos estos años y creo que un avance importante a corto plazo sería el debate ideológico para atajar el problema. Muchos hablan de que el islam es una religión de paz, obviando las interpretaciones de algunos radicales financiados con dinero saudí o catarí. ¿Por qué no se ataca por ahí?», resume Fernández.
-Insiste mucho en aprovechar la baza de la educación en los valores democráticos como una herramienta clave para evitar la radicalización de elementos asentados en sociedades europeas.
-Le voy a poner un ejemplo. Hace dos meses, organizamos unas jornadas de formación para profesores del sistema público en el Centro de Estudios de Seguridade para dar claves sobre la detección de procesos de radicalización en jóvenes y la manera de afrontar el acercamiento a ellos. Hubo muchas voces que no dudaron en expresar discrepancias y decir que eso era un problema de Francia, no de España. Lo de Barcelona demuestra que el conflicto es global. Puede que tengamos menos radicales que Francia o Bélgica, pero no podemos mirar para otro lado.
-¿Hay peligro en Galicia?
-Los terroristas buscan lugares simbólicos, capaces de darle una resonancia mundial a sus acciones. Galicia no es ni Madrid ni Barcelona, pero tiene lugares de mucho valor simbólico para los yihadistas, como es el caso de Santiago.