Antonio García Ferreras y el resto de su equipo han tenido que ser escoltados del Parlament por los Mossos y la Guardia Urbana tras recibir amenazas de muerte e insultos
03 oct 2017 . Actualizado a las 20:13 h.La situación que se está viviendo en Cataluña ya desde los días previos al 1-O ha generado un clima de tensión que ha traspasado las fronteras de la política y ha llegado incluso a los platós de televisión. El último ejemplo se ha producido durante la mañana de este martes en Espejo Público con un duro enfrentamiento entre Susanna Griso y la alcaldesa de Calella, Montserrat Candini.
La conversación arrancó a raíz de la información que señalaba que la expulsión de los policías nacionales y los guardias civiles de los hoteles de Calella en los que se alojaban se había debido a presiones por parte del ayuntamiento. E incluso se aseguró que desde la alcaldía les habían amenazado con suspender las licencias de actividad por cinco años si no se expulsaban a los agentes de sus instalaciones.
La alcaldesa de Calella negó las informaciones y apuntó a que había sido iniciativas de los propios hoteles la decisión después de ver el clima de tensión que se vivía en la calle donde centenares de vecinos pedían la marcha de los agentes estatales.
La tensión fue en aumento, y mientras la alcaldesa insitía en la dureza de la actuación de los agentes durante la jornada de referendo ilegal, Susanna Griso respondía con un alegato a favor de la serenidad. «Este medio ha sido el primero en denunciar lo del domingo. Yo también pienso que esa actuación violenta sobraba, pero no acuso a los policías acuso a los representantes políticos por un desastre de dispositivo. Ir a por los peones es de cobarde», afirmó la periodista.
Montserrat Candini continuó en la misma línea y trató de minimizar la responsabilidad de la Generalitat en los hechos del domingo. «Las imágenes que se vieron el 1-O demuestran que era represión en toda regla. ¿Quién es el que no tiene serenidad?», comentó alterada la alcaldesa, a lo que Griso respondió visiblemente emocionada: «Estuve viendo las colas y a la gente emocionada. A esa gente no la podemos poner en una situación así. No hay derecho a que los políticos nos hagan esto, y hablo de Barcelona y Madrid».
Tensión en los directos de los periodistas
El clima de tensión también es palpable en la calle, donde los periodistas están encontrando grandes dificultades para llevar a cabo su trabajo, y mucho más cuando se trata de conexiones en directo. «Prensa española, manipuladora» es el grito constante que se escucha cuando los periodistas tratan de informar in situ desde las calles de Cataluña para tratar de boicotear su trabajo.
Pero este martes han ido un paso más allá. El director de Al rojo vivo, Antonio García Ferreras, y el resto de su equipo han tenido que ser escoltados por los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana desde el Parlament tras recibir amenazas de muerte e insultos de un grupo de gente que se encontraba en el exterior del edificio.
«Unos 300 chavales nos han rodeado, nos han insultado y nos han amenazado de muerte. Nos llamaban fascistas, nos tiraban cerveza a la cara, había gritos de ‘españoles iros a vuestro país’», comentó el periodista a El Independiente precisando que no han llegado a la agresión física.
La periodista Giomar Roglán, que vivió lo sucedido, explicó en sus redes sociales lo sucedido en una versión que coincide con la de Ferreras.