Una declaración de independencia fuera del salón de plenos y «sin valor jurídico»

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

JUAN MEDINA | REUTERS

Los secesionistas realizaron una puesta de escena con una firma individual en el auditorio del Parlament. Consulta aquí el documento íntegro

11 oct 2017 . Actualizado a las 11:50 h.

Puigdemont subió a tribuna y leyó. Usó una formulación ambigua: «Asumo el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente». Y solo 48 segundos más tarde pidió la suspensión de la independencia, lo que provocó la decepción de los partidarios de la ruptura concentrados fuera del Parlament y la posible ruptura del bloque soberanista por el enfado de los parlamentarios de la CUP

La Cámara autonómica no llegó a votar ni a proclamar ninguna propuesta. Pero una vez terminada la sesión parlamentaria, fuera del salón de plenos, todos los diputados secesionistas (incluidos los anticapitalistas) firmaron un documento declarando «la constitución de la república catalana». 

La firma, realizada en el auditorio del edificio de la cámara legislativa catalana, fue una escenificación realizada a espaldas del Parlament y sin debate con la oposición. Uno a uno los parlamentarios  estamparon su firma en un documento en el que como «representantes de Cataluña» -así se autodenominan- constituyen un Estado independiente, decretan la entrada en vigor de la Ley de Transitoriedad y Fundacional de la República e instan al Gobierno a hacerlo posible.

Los propios diputados de la CUP negaron validez jurídica al documento, «al no haberse firmado en sede parlamentaria». Y fuentes del Governe lo calificaron como «una declaración de intenciones». El acto de firma lo presentó el parlamentario independentista y músico Lluis Llach. El primero en firmar fue Puigdemont.