La confesión de Costa, un duro dilema para sus excompañeros

Ferriol Moya VALENCIA / COLPISA

ESPAÑA

Chema Moya | EFE

Una treintena de exdirigentes del PP valenciano deberán declarar en la vista por el juicio del caso Gürtel

28 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Sí, el PP valenciano se financió con dinero negro». Ricardo Costa se convirtió el pasado miércoles en el primer exdirigente de los populares de la Comunidad Valenciana en admitir la financiación irregular de su partido. Solo unos días después de que Francisco Correa le señalara a él como el responsable de los pagos en B y del contacto con los empresarios que también habían admitido los hechos, el ex secretario general del PPCV decidió confesar. Admitió la financiación irregular y, de paso, descargó toda la responsabilidad en Francisco Camps. El expresidente popular se apresuró a comparecer en público para desmentir los hechos y para subrayar que el propio Costa siempre había negado, hasta ese 24 de enero, que el PPCV se financiara al margen de la ley.

La contradicción entre el que fuera el líder del partido y su hombre de confianza -Costa fue secretario general y portavoz parlamentario- da una nueva dimensión a las declaraciones de los testigos que tienen pendiente desfilar por la Audiencia Nacional. Más de una treintena de los más destacados dirigentes del PP valenciano, de la etapa dirigida por Francisco Camps, están llamados a comparecer ante el tribunal que preside José María Vázquez Honrubia. Declaraciones que deben contribuir a concretar los hechos revelados por Costa o, en su defecto, a ratificar la tesis de Camps respecto de que el PPCV se financió de forma legal, y que los supuestos pagos en B jamás existieron.

Esa treintena de declaraciones -salvo que las partes que las proponen opten por retirar la petición de esos testimonios tras la confesión de empresarios, cabecillas de la trama y del propio Costa- retratan al PPCV dirigido por Camps. Por la Audiencia Nacional pasará la cúpula de un partido que, durante los años investigados (2007 y 2008) fue considerado como una máquina electoral que encadenaba mayorías absolutas sin esfuerzo y que lograba apoyos superiores al 50 % de los votos.

La más jugosa, la declaración que genera máximas expectativas, es la del expresidente Francisco Camps, prevista según el calendario facilitado por el tribunal para el próximo 7 de marzo. La confesión de Costa ha situado al expresidente bajo todos los focos, y hasta Anticorrupción se plantea la posibilidad de abrirle una nueva pieza como consecuencia de lo revelado por su ex número dos -adjudicaciones de obra pública a las empresas que han reconocido que financiaron al partido-.

De Campos a Camps

Gracias a la confesión de Costa, otras dos declaraciones son especialmente esperadas en este juicio. El ex número dos explicó el pasado miércoles que en el 2006, el entonces vicepresidente del Gobierno valenciano, Víctor Campos, le citó en su despacho. «Me mostró unos sobres con dinero en efectivo y me comentó que era de empresarios que tenían relación con la Administración o que querían ayudar al partido y que era un encargo de Francisco Camps y Juan Cotino, que era consejero en el Gobierno valenciano», dijo Costa. Cotino está citado a declarar el mismo día que Camps. Campos lo hará justo la víspera.

El caso del expresidente de Las Cortes resulta más significativo si cabe, porque a su condición de investigado en otra de las piezas pendientes de Gürtel, la de la visita del Papa, suma su condición como uno de los responsables políticos del PPCV que más poder acumuló y más influencia tuvo sobre Francisco Camps.