La renuncia de Sànchez abre la puerta a Turull, que también está procesado

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

LLUIS GENE | afp

La investidura requeriría el apoyo de la CUP o la renuncia de Puigdemont y Comín

21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A rey muerto, rey puesto. El presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, comparecerá al mediodía de hoy para anunciar que inicia la tercera ronda de contactos de la legislatura para proponer un nuevo candidato a la investidura. Será el tercero en tres meses, en este caso Jordi Turull, después de que Jordi Sànchez comunicase ayer al Tribunal Supremo su intención de renunciar a su acta de diputado y que, por tanto, no puede ser candidato a la presidencia de la Generalitat. JxCat y Esquerra trabajan con la idea de que el Supremo no excarcelará al exlíder de la ANC.

Ambas formaciones coinciden en que el pleno de investidura (los dos anteriores se tuvieron que suspender por la imposibilidad de asistir de los candidatos, primero Puigdemont y después Sànchez) se celebre antes de Semana Santa o durante ella, probablemente entre el martes y el jueves de la semana que viene. «No os vayáis de vacaciones», fue la consigna que trasladó Esquerra a su grupo parlamentario. La CUP, en cambio, afirmó que no tiene prisa y que no hace falta correr tanto. Torrent se reunió con la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, y el secretario de la Mesa, Eusebi Campdepadrós, y acabó de perfilar todos los detalles sobre la investidura.

Tras dos intentonas fallidas, por primera vez JxCat y ERC están en disposición de poner sobre la mesa un candidato que tiene asegurada su presencia en el pleno de investidura y que garantiza que la sesión parlamentaria pueda celebrarse. Todo indica que la semana que viene la política catalana podría salir del bloqueo en el que está instalada desde hace tres meses. La renuncia de Sànchez y la previsible apuesta por Turull, que las dos formaciones secesionistas aún tienen que formalizar una vez sea oficial la decisión del juez Llarena, no garantizan en cambio una inminente vuelta a la normalidad.

Otro candidato en el aire

De entrada, porque la elección de Turull aún está en el aire, ya que a JxCat y Esquerra no les salen las cuentas y tendrán que negociar hasta el último minuto antes de la votación. En principio, los secesionistas no pueden contar con el apoyo de la CUP (al menos dos de sus cuatro diputados), en tanto en cuanto los comunes dijeron que no avalarían ni por activa ni por pasiva un candidato de Junts per Catalunya. «O renuncian los dos de Bruselas [Puigdemont y Toni Comín] o nos apoya la CUP», resume un dirigente de Esquerra. El expresidente ha lanzado algunas señales de que podría dar un nuevo paso al lado, aunque fuentes de su partido lo ven casi imposible. La decisión es de calado, pues lo dejaría fuera de juego, sin ningún cargo institucional, salvo la simbólica presidencia del Consejo de la República en Bruselas. Fuentes parlamentarias sospechan además que si JxCat quiere reformar la Ley de la Presidencia para permitir la investidura telemática es porque Puigdemont tiene intención de volver a intentar ser presidente.

Esa vía es complicada, tanto como el concurso de la CUP. Los anticapitalistas reiteraron ayer que su posición actual es la abstención de sus cuatro parlamentarios. Para cambiar su voto, JxCat y ERC tienen que ofrecer un programa de gobierno «republicano» y dar garantías de que pondrán en marcha un proceso constituyente real que culminaría con una Constitución y una consulta para ratificarla. Además, como gesto, los antisistema instaron a sus socios a que la Mesa de la Cámara autorice el voto delegado de Puigdemont y Comín, que es tanto como pedir que sus cuatro miembros soberanistas desobedezcan al Tribunal Constitucional y asuman una querella criminal.

La presidencia de Jordi Turull, de consumarse, sería además temporal, ya que el exconsejero de la Presidencia, que ya estuvo un mes en prisión por su responsabilidad en los hechos de octubre, tiene una cuenta pendiente con la Justicia y es más que probable que acabe siendo condenado al menos a una pena de inhabilitación para cargo público.

La fuga de depósitos en Cataluña durante el último trimestre del año superó los 30.000 millones

El desafío independentista provocó la salida de 31.399 millones de euros de las cuentas de ahorro y depósitos de las sucursales bancarias de Cataluña en el último trimestre del año pasado. A finales del 2017, los bancos con presencia en ese territorio acumulaban 153.335 millones frente a los 184.734 millones que tenían a finales de septiembre, justo antes del referendo ilegal del 1-O. Estas cuantías, actualizadas por el Banco de España en su informe periódico diseccionado por autonomías, contrastan con las explicaciones de los propios ejecutivos de los bancos, quienes han insistido en que, una vez que se aplicó el artículo 155 por parte del Gobierno, a finales de octubre, la sangría de dinero no solo paró, sino que además, ese proceso revirtió su tendencia, recuperándose la mayor parte de los depósitos que habían salido.

Sin embargo, las estadísticas del supervisor certifican que el drenaje no paró, hasta recortar un 17 % los depósitos asignados a oficinas catalanas en el último trimestre del año. Al mismo tiempo, las sucursales ubicadas en la Comunidad Valenciana mejoraron su balance de depósitos y cuentas en 7.217 millones en ese mismo período. Ocurrió lo mismo en las de Andalucía, donde el volumen creció en 3.527 millones, o en Aragón, con 2.546 millones. Las dos grandes firmas bancarias fundadas en Cataluña, CaixaBank y Sabadell, habilitaron cuentas espejo de los clientes de esa comunidad en otras regiones para evitar el temor a que la situación política afectada a los ahorros en los días posteriores a la celebración del 1-O. Después, ambas trasladaron su domicilio social a la Comunidad Valenciana.