JxCat y ERC presionan a Llarena para que permita la investidura de Sànchez

C. R. BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

JAVIER BARBANCHO | REUTERS

07 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La decisión de la Justicia alemana ha acelerado la investidura catalana. El presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, inició ayer una nueva ronda de consultas con los grupos parlamentarios, la cuarta de la legislatura, y hoy propondrá de nuevo a Jordi Sànchez como candidato a la presidencia de la Generalitat. Como en el caso de Jordi Turull, Torrent hizo una ronda exprés y telefónica. El presidente de la Cámara autonómica ya suspendió hace un mes el pleno de investidura de Sànchez, después de que el juez Pablo Llarena le denegara la autorización para asistir a la Cámara catalana. JxCat apuesta por la carta de Sànchez, pero la que le gustaría poner sobre la mesa es la de Puigdemont. «Siempre es nuestro candidato», afirmó la portavoz neoconvergente, Elsa Artadi. Mientras está en Alemania a la espera de que se resuelva su extradición no podría ser investido. Pero si finalmente es entregado a España por malversación, tendrá vía libre para volver a postularse como candidato. Su elección sería temporal, pues podría ser inhabilitado por la sentencia judicial. Aunque si los jueces alemanes tardan más allá del 22 de mayo para resolver la extradición, Puigdemont puede encontrarse con otro inquilino en la Generalitat.

Si Llarena da la sorpresa y permite a Sànchez presentarse al pleno, que podría convocarse para la semana que viene, JxCat afirmó que tiene «atada» la investidura. Elsa Artadi dijo que existe un pacto a tres bandas con ERC y la CUP. Los anticapitalistas lo negaron, pero al mismo tiempo anunciaron que se abstendrán en la votación.

JxCat y ERC creen que pueden salirles las cuentas. En primera ronda no, porque necesitarían la mayoría absoluta (68 escaños), pero en segunda, sí, pues en este caso solo precisarían de 66 votos favorables, uno más de los que suma la oposición. Ambas formaciones completan 66 diputados. Si consiguen que Puigdemont pueda volver a delegar su voto (como hizo el jueves) y Toni Comín renuncia a su acta, Sànchez saldría investido en segunda vuelta. Los constitucionalistas, no obstante, podrían impugnar la delegación de voto del expresidente, por lo que no sería segura la victoria secesionista. Además, la investidura sería breve, pues el ex de la ANC puede ser inhabilitado a corto plazo.