Zoido: «Tras el final de ETA se aplicará la ley: ni impunidad ni tratamiento especial»
ESPAÑA
El ministro advierte que los terroristas deberán pedir perdón, pagar las deudas con las víctimas y colaborar con la Justicia
29 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Mensaje de absoluta firmeza. Ni un solo guiño, gesto u ofrecimiento a ETA. La disolución no va a cambiar nada. Ni en la lucha antiterrorista ni en la política penitenciaria. Juan Ignacio Zoido lo deja claro. El sábado 5 de mayo, el día después de que la banda escenifique en el sur de Francia su definitivo fin, las fuerzas de seguridad del Estado seguirán con las mismas órdenes: detener al puñado de activistas que aún siguen en libertad. El ministro avanza que solo la colaboración con la Justicia (la delación) y el perdón individual podrían abrir las puertas a beneficios penitenciarios a los presos.
-¿Qué espera que suceda el 4 de mayo, fecha en la que ETA ha anunciado su disolución?
-ETA está terminada, está derrotada. Lo único que espero del próximo 4 de mayo, si las cosas suceden como se espera que sucedan, es que las fuerzas de seguridad del Estado verifiquen y certifiquen que ETA ha desaparecido. A partir de ese día, la policía y la Guardia Civil van a seguir haciendo lo que han hecho hasta ahora: perseguir a los terroristas.
-¿Ni siquiera acepta la credibilidad de la declaración?
-Las palabras de los terroristas no tienen ningún valor. Esta semana se han entregado armas y hace poco se descubrió un zulo. Estas son pruebas suficientes de que teníamos razón los que decíamos que la entrega de las armas fue un fracaso, una mera escenificación. Además de la entrega, tienen que disolverse, pedir perdón, arrepentirse, pagar las deudas con las víctimas y colaborar con la Justicia para el esclarecimiento de todos los hechos que puedan conocer. Sin todos estos requisitos no es aceptable ningún final de ETA.
-¿Cómo cree que ha llegado la banda a la decisión disolverse?
-La decisión es la asunción de una derrota definitiva. Han tardado más de seis años en reconocerlo, pero cuando se dijo que ETA estaba derrotada policial y políticamente era verdad. Asumen que no han conseguido ninguno de los logros que se habían marcado y que es inviable continuar en la vía terrorista. No tienen otra opción que poner fin a la locura desenfrenada que han desencadenado durante décadas, llevando dolor a miles de víctimas. Durante sus últimos años ETA ha sido una sigla hueca en franca descomposición. Lo que hacen ahora es asumirlo. Pero formalmente estaban derrotados hace un tiempo.
-¿Qué le parece la petición de perdón de ETA?
-Es indignante. No pueden dividir a las víctimas en categorías. Lo dicho por ETA son palabras que llegan mal y tarde. Repartir culpas y justificar sus crímenes no parecen los mejores elementos para demostrar arrepentimiento. Así lo han entendido muchas víctimas y es muy comprensible. Faltaron el respeto a las víctimas.
-¿La política penitenciaria puede cambiar?
-ETA eligió libremente el asesinato y la coacción. Asumirlo públicamente tras 60 años refleja en buena medida su fracaso y su derrota. Pero nada más. Los demócratas nada daremos a ETA por reconocer su maldad y desaparecer. Lo que queda de ETA podrá hacer gestos, pero no pueden cambiar la realidad. Y la realidad pasa por que los delitos que han cometido son perseguibles y penalmente no va a haber impunidad ni un tratamiento especial. Tras el final de ETA se aplicará la ley.
-¿Pero no se contempla ni un solo movimiento?
-En España está contemplada la reinserción. Pero el primer paso para reinsertarse es querer hacerlo. Y no basta con firmar un mero papel. Cada preso debe dar la cara. Tienen que romper con ETA, mostrar su arrepentimiento, pedir perdón y colaborar con la Justicia. Se trata de un proceso individual y no de rellenar un formulario. Tiene que mantenerse en el tiempo y demostrarse que se está colaborando con la Justicia. Eso es lo que exige la ley.
-¿El PNV ha pedido el acercamiento de los presos en sus contactos con el Gobierno?
-No. Jamás. No deben confundirse las relaciones institucionales. Como ministro del Interior no tengo ninguna duda de que la lealtad de los acuerdos que se puedan alcanzar con el PNV no está afectada por otras cuestiones.
-ETA echa el cierre, pero quedan aún más de 300 casos sin revolver.
-Es algo que nos preocupa mucho. Son muchas víctimas las que están pendientes de qué es lo que sucedió, qué paso. Si el dolor por la pérdida de un ser querido es difícil de superar, cuando un crimen todavía no ha sido resuelto tiene un plus de dolor para la familia. Por eso la policía y la Guardia Civil siguen trabajando para esclarecer los hechos por resolver. Hay agentes que se dedican a ello en exclusiva y ya han conseguido resultados. Vamos a seguir trabajando y buscando a los huidos para que respondan por sus crímenes. Vamos a tener tolerancia cero con los huidos. Vamos a impedir cualquier prescripción que pueda hacer inútil la puesta a disposición de la Justicia.
-¿Cuál va a ser la aportación del Ministerio del Interior en este período final de ETA?
-Sobre todo, que el relato sea verdadero. No caben equidistancias ni hablar de un conflicto. La prioridad del ministerio va a seguir siendo luchar por la memoria, la verdad, la dignidad y, sobre todo, la justicia para las víctimas. Vamos a velar por ese relato y lo vamos a llevar a las aulas. Debe haber asignaturas que traten de verdad cómo ha sido la actividad de ETA. Y tenemos que llevar el testimonio de las víctimas a las aulas. El ministerio va a realizar una apuesta muy firme en esa línea.
-Desde algunos sectores se ha puesto en cuestión la acusación de terrorismo en el caso de Alsasua.
-No me corresponde a mí valorar lo que está ocurriendo en el juicio que se está desarrollando en la Audiencia Nacional. Lo que sí puedo decir es que son agresiones injustificables que ponen de manifiesto que, desgraciadamente, todavía quedan rescoldos violentos en algunos puntos del País Vasco y de Navarra.
-¿Esta calificación de algunos actos como terrorismo, como la que se ha realizado contra los Comités de Defensa de la República en Cataluña, no resulta algo extraña si se compara con lo que sucedió en el País Vasco?
-Terrorismo era también la kale borroka. A partir de ahí corresponde a los jueces la calificación de los delitos. Pero no confundamos los planos, no confundamos calificación con gravedad, porque la violencia de los CDR ha sido muy grave en algunos casos y forma parte de una estrategia, con independencia de su calificación jurídica.
-¿Le preocupa la situación de las fuerzas de seguridad del Estado en Cataluña?
-Lamentablemente, en Cataluña vivimos algunos comportamientos de odio intolerables. La actuación de algunos profesores radicalizados con los hijos de guardias civiles es el paradigma más vil de ese odio sin límites. No lo podemos consentir y no vamos a hacerlo.