Sánchez reúne hoy a su ejecutiva para decidir si presenta la moción de censura

ESPAÑA

Emilio Naranjo

Ciudadanos dice que la sentencia marca un antes y un después y se replanteará su apoyo al PP

25 may 2018 . Actualizado a las 01:33 h.

Tan solo unas horas después de que el Gobierno lograse sacar adelante los Presupuestos, con lo que parecía que Rajoy se garantizaba agotar su mandato, la legislatura vuelve a estar en peligro tras la demoledora sentencia de la Audiencia Nacional en la que califica al PP como un partido político corrupto.

Pedro Sánchez estudia plantear una moción de censura con el objetivo de desalojar a Rajoy. Ayer, el PSOE guardó un silencio sepulcral, limitándose a difundir un escueto comunicado en el que tacha de «intolerable» la respuesta del PP y del Gobierno al fallo de la Audiencia, eludiendo cualquier tipo de responsabilidad, pero Sánchez convocó de urgencia a la ejecutiva de su partido para este mismo viernes en Ferraz para explorar todos los escenarios posibles, entre los que destaca dicha moción. En el PSOE son conscientes de que ninguno de los caminos a emprender será sencillo, por no decir intransitable, pero el hartazgo llega a tal punto que presionan para que pase de una vez a la acción. Es el caso del líder de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, que le ha trasladado su apoyo para que camine hacia un «cambio político» tan pronto como sea posible, o el de la dirigente en Navarra, María Chivite, que habla ya directamente de lanzarse a por la moción. Esta posibilidad no la ven nada clara en Andalucía, en donde consideran que sería «volver a hacer el ridículo», señala un miembro del partido a Efe. «Saben perfectamente lo que pasó hace un año, así que no me corresponde a mí», se desentendió, Susana Díaz.

A pesar de que no tiene acta de diputado, el reglamento habilita a Sánchez para recurrir a esta fórmula en la que para salir victorioso necesitaría reunir 176 apoyos de la Cámara. Su gran problema es que para alcanzar esta cifra tan solo tiene dos vías. La primera requiere poner de acuerdo a Ciudadanos y a Podemos, algo que se antoja complicado. La otra, recabar el apoyo de los independentistas, algo que él mismo acabó descartando en su intentona de dos años atrás, y que en estos momentos todavía parece más lejano.

Pero los problemas de continuidad de Rajoy en la Moncloa no acaban aquí. La sentencia de ayer también supone un punto de inflexión para Ciudadanos, su gran socio de investidura y la principal muleta en la que se ha apoyado para sacar adelante sus cuentas. «Un antes y un después», dijo ayer Albert Rivera sobre la cada vez más erosionada relación. Con la boca pequeña, llegó a amenazar con utilizar sus escaños para tumbar al presidente. «Esto trastoca todos los planes de la legislatura; de su continuidad y de su estabilidad», señaló. Pero rechazó valorar si estaría dispuesto a apoyar una hipotética moción de censura, refugiándose en la Ejecutiva del partido, que no se reunirá hasta el 11 de junio: «No es una sentencia más», exclamó, invitando a la dirección a estudiar el caso con «serenidad y firmeza», exactamente los dos conceptos preferidos por Rajoy para referirse al modo con el que seguirán combatiendo el desafío secesionista.

 

Farol de C’s

Lo cierto es que hasta en el mismo Partido Popular creen que es un farol. Fernando Martínez-Maíllo, coordinador general de los populares, acusó ayer al líder de la formación naranja de «mentirosillo» y de «gran aprovechategui».

Otro de los que tampoco confía en que Ciudadanos vaya a dejar de sostener a Rajoy es Pablo Iglesias, que ayer consideró como «una desvergüenza absoluta» las palabras de Rivera, recordando que tan solo unas horas salvó sus cuentas: «Que nadie se equivoque, el PP gobierna gracias a Ciudadanos, decir PP y C’s es lo mismo, decir M. Rajoy (se refieren a él así por ser la fórmula que aparece en los papeles de Bárcenas) y Rivera es lo mismo», denunció el secretario general de Podemos. Aunque con un tono más apagado de lo habitual, volvió a tender su mano a Pedro Sánchez para una moción, pero solo le insinuó el camino con los independentistas, que «estarían dispuestos a facilitar un gobierno progresista», dijo.

Mientras, en el Gobierno despejan el balón. Una fuente recuerda que la sentencia «no es firme» y que no salpica directamente a nadie del gabinete del presidente.

Feijoo: «Temos que acatar e garantir que non se repite»

f. b.

Aunque la respuesta oficial de Génova trata de circunscribir esas prácticas de financiación ilegal a dos ayuntamientos y de poner de relieve que todos los implicados son agua pasada sin vínculos con el partido, lo cierto es que ha caído como un jarro de agua fría que apenas ha permitido saborear la victoria cosechada ayer en el Parlamento al haber logrado aprobar los Presupuestos. Uno de los pocos que sí manifestó unas palabras de autocrítica fue el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Según informa Juan Capeáns, ayer pasó la mañana reunido con su Gobierno y después salió hacia Tui para visitar la zona afectada por la explosión, por lo que no pudo profundizar en la sentencia, pero como el resto de ciudadanos expresó su «interese» por conocer los detalles. «Se o tesoureiro do partido é condenado, parece que non foi moi exemplar, e iso contaminou ao PP». Como consecuencia de la resolución, el también líder del PPdeG aseguró que «o partido ten que acatar, cumprir e seguir garantindo que iso non volva suceder. E mandar unha mensaxe de seguridade de que as cousas que se fixeron mal non se repitan máis». En todo caso, también mostró su hartazgo por un problema ahora confirmado de corrupción: «Por fin, dez anos despois, coñecemos a sentenza».

Tan solo unos minutos antes de que se hiciese pública, Rajoy admitía ayer a primera hora en una entrevista en la Cope que este goteo de casos estaban causando «mucho daño» al partido.