Magdalena Valerio Cordero (Torremocha, Cáceres, 1959) es, desde ayer, la nueva ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Esta sanchista reconocida, sin cargo electo desde septiembre del 2014, cuando un cáncer de mama la apartó de su escaño en el Congreso, es licenciada en Derecho por la Complutense, pertenece al Cuerpo de Gestión de la Seguridad Social y del Inem y es una experta en pensiones, un asunto que afecta especialmente a Galicia y que será, además de su prioridad, su mayor reto al frente del ministerio.
Y es que lograr la cuadratura del círculo entre ingresos insuficientes y gastos crecientes en una Seguridad Social incapaz de salir del déficit crónico para garantizar la suficiencia y la sostenibilidad de las pensiones futuras no parece tarea fácil -ni siquiera con los impuestos a la banca y las transacciones financieras prometidos por Sánchez-. Pero que lo logre es lo que sindicatos y pensionistas le están reclamando ya, antes incluso de tomar posesión del cargo.
A su favor juega su profundo conocimiento del área. «Siempre he trabajado con esa gran responsabilidad, como responsable de Seguridad Social y del Pacto de Toledo cuando fui ponente en la reforma de pensiones del 2013, que ya señalé que iba a ser dañina, y ahora seguiré trabajando y luchando por el sostenimiento de las pensiones y para que, además, los pensionistas no pierdan poder adquisitivo», señaló ayer en declaraciones a Efe, cuando acudía a trabajar: actualmente era secretaria general de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla-La Mancha.
Aunque extremeña de nacimiento, Valerio vive en Guadalajara, donde comenzó su carrera política. Allí fue concejala, para dar luego el salto a la política autonómica de la mano de José María Barreda. En el Gobierno castellano-manchego ocupó, entre el 2005 y el 2010, las carteras de Trabajo y Empleo, Turismo y Artesanía y Administraciones Públicas y Justicia.
Vencer al cáncer
En el 2011 se convirtió en diputada en el Congreso por la provincia de Guadalajara y allí arrancó su relación con el ahora presidente del Gobierno. Antes de concluir esa legislatura, en septiembre del 2014, un cáncer de mama la apartó de la política e hizo que concentrara todas sus fuerzas en superar la enfermedad. Aunque en las últimas elecciones no tuvo cargo electo, sí continuó en la ejecutiva del PSOE -tras las primarias que restituyeron a Sánchez como secretario general- como responsable de pensiones.
Ejemplo de su fidelidad al ahora presidente es que en octubre del 2016, pocos días después de que dejara la secretaría general de los socialistas, Valerio renunció al mismo cargo que ella ocupaba en Guadalajara desde el 2008. En aquel momento alegó que se retiraba de la primera línea política para centrarse en su recuperación, pero seguía a Sánchez a sus cuarteles de invierno.
Recuperar el diálogo social
La ministra, cuya toma de posesión se espera para hoy, aseguraba ayer que otro de sus principales empeños es «recuperar la metodología de trabajo, es decir, recuperar el diálogo social, con sindicatos, con empresarios, y, en materia de pensiones, el Pacto de Toledo». ¿Su fórmula? «Mucho trabajo en equipo, mucho diálogo social, mucho diálogo político e intentar alcanzar para el país un gran acuerdo en materia de pensiones que consiga el equilibrio del sistema y garantice su sostenibilidad y pensiones dignas».
Es muy consciente de los compromisos asumidos por su jefe de filas sobre la derogación de la reforma que en el 2013 aprobó el PP en solitario y que supuso la introducción del índice de revalorización y del factor de sostenibilidad. Ahora se trata de volver a indexar las prestaciones al IPC y dejar en el limbo indefinidamente la adecuación de la pensión a la esperanza de vida.
La otra patata caliente de su ministerio es el mercado laboral. Aunque los últimos datos confirman la paulatina recuperación del empleo (sin alcanzar aún los niveles previos a la crisis), la precariedad, debido a la temporalidad y los sueldos bajos, sigue siendo la asignatura pendiente.
Eso sí, aunque como oposición se hablaba de derogar la reforma laboral del PP, Valerio ya ha moderado el discurso apuntando que lo que se hará será «sentarse a hablar para eliminar los elementos perniciosos de la reforma laboral». Porque de ello también dependen las pensiones.