El PP de Aragón no ha decidido aún a cuál de los dos apoyará
16 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Pablo Casado presume de que tiene más apoyos que su rival dentro del PP y ayer hizo una exhibición con la presencia en un acto de su campaña de dos de los derrotados en las primarias, García Margallo y Elio Cabanes, a los que se sumarán mañana Dolores de Cospedal y José Ramón García-Hernández. Entre respaldo y respaldo, Casado no descuidó a Sáenz de Santamaría, a la que tachó de «soberbia» por negarse a debatir con él con el argumento de que le barrería y de que la confrontación perjudicaría al partido.
Los equipos de la exvicepresidenta y del vicesecretario de Comunicación del PP han dado una vuelta de tuerca a sus campañas en vista de la igualdad que se presume entre ambos. Una impresión que corroboró una encuesta de NC Report publicada ayer en un diario y que señala que Soraya Sáenz de Santamaría tendría el voto del 42,8?% de los 3.082 compromisarios que acudirán al congreso del próximo fin de semana, por el 42,5 % que darían su apoyo a Casado. Una diferencia irrelevante de tres décimas, que ninguna de las dos candidaturas asume porque se atribuyen más apoyos.
Aragón aún no ha decidido a quién apoyará. El presidente del PP de esa comunidad, Luis María Beamonte, se ha visto con los dos candidatos, y todavía no han tomado una decisión, que dejan para mediados de semana.
Pero Pablo Casado quiso demostrar ayer que sus respaldos no son imaginarios y en un acto en la localidad valenciana de Gandía apareció con Margallo y Cabanes. Hoy será además el protagonista en un desayuno informativo al que está previsto que acudan la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal, con la que se podrá hacer la elocuente foto de la unidad, y García Hernández. Casado presumió de haber logrado esos respaldos en «una hora», lo que demuestra que tampoco será difícil lograr la integración con Sáenz de Santamaría que demandan desde todos los sectores del partido «después» del congreso.
Giro centrista
Casado busca un viraje en su campaña para desprenderse de la etiqueta de conservador que ha cultivado desde que se convocaron las primarias. Con esa intención, su presentador en el desayuno de mañana será Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente Suárez, y que fue el candidato del PP en Castilla-La Mancha en el 2003, cuando Aznar quiso dar una pátina centrista al PP.
La campaña experimentó su enésimo calentón. La exvicepresidenta explicó, en una entrevista, que se negaba debatir con su rival porque ese duelo «les haría mucho daño a él y al partido»; un desdén que encendió al exportavoz, que llamó «soberbia» a Sáenz de Santamaría. Esa actitud, dijo, «no hace ganar congresos pero sí perder elecciones».
También intentó dar la vuelta a la polémica sobre el vídeo con la candidatura de su adversaria. «Ese vídeo... ¿a quién beneficia? Porque a quien más perjudica es a mí», manifestó Casado.