Rivera se echa a la calle para liderar la campaña contra los lazos amarillos

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Europa Press

En libertad con cargos el acusado de agredir a una mujer por retirar símbolos independentistas

30 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La guerra de los lazos amarillos, lejos de remitir, se radicaliza a medida que se acerca el otoño caliente catalán, que se prevé tan tenso como el de hace un año. Tras la escalada verbal protagonizada estos últimos días por los independentistas y los dirigentes de Ciudadanos y el PP, el presidente de los liberales, Albert Rivera, y la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, elevaron ayer un grado la agitación y llamaron a la ciudadanía a que haga frente al secesionismo retirando la simbología del espacio público.

Lo hicieron ellos mismos quitando lazos amarillos con sus manos en Alella (Barcelona), localidad del Maresma gobernada por el independentismo y próxima a Canet de Mar y Arenys de Mar, donde grupos secesionistas plantaron cruces del mismo color en las playas a principios de verano.

Rivera y Arrimadas, acompañados de una decena de militantes, pasearon por la localidad catalana sin incidentes, aunque como ya le pasó a Arrimadas en Canet, fueron increpados al grito de «fuera, fuera» y «fascistas». Sectores constitucionalistas llevan semanas llamando a la población a retirar simbología independentista de las calles, como la avioneta de la entidad España Ciudadana que sobrevuela los fines de semana las playas del litoral catalán para detectar la colocación de lazos. Pero ayer por primera vez dirigentes políticos de primera fila, en este caso de Ciudadanos, se pusieron al frente de la brigada de limpieza de lazos. «Es lo que debería estar haciendo el Estado», señalaron. No solo eso. Rivera comparó la agresión sufrida el sábado pasado por una mujer que retiraba lazos con la que padecieron los guardias civiles en el caso de Alsasua.

«Arma de distracción masiva»

Ciudadanos se manifestó ayer en Barcelona tras el episodio del fin de semana en apoyo a la mujer agredida. Para el partido liberal, este es el ejemplo definitivo de que el conflicto social ha estallado ya en la calle. Cientos de personas acudieron a la concentración organizada por los del partido naranja, celebrada en el mismo lugar en que se produjo el incidente, frente al parque de la Ciudadela, en Barcelona. Dolors Montserrat representó al PP. El PSC no acudió con el argumento de que Ciudadanos, el PP y el independentismo han convertido la guerra de lazos en un «arma de distracción masiva» para evitar que se hable de otros asuntos.

Orden de alejamiento

La manifestación se celebró después de que la Policía Nacional detuviera en Barcelona al presunto agresor del fin de semana. La mujer que retiraba lazos, según Ciudadanos, denunció el martes en una comisaría los hechos. El arresto se produjo por un delito de odio y otro de lesiones y el detenido fue puesto a disposición judicial. Después de negarse a declarar, quedó en libertad con cargos y con orden de alejamiento de la víctima.

Pero las escaramuzas van en aumento. Unas 80 personas vestidas con monos blancos y con la cara tapada protagonizaron en la madrugada del martes un «cuerpo de brigada de limpieza» por varios municipios de Barcelona y Gerona para retirar lazos amarillos.

Uno de los organizadores del operativo explicó que su objetivo era «retirar la basura contaminante y la propaganda secesionista que ilegalmente cuelgan tanto consistorios como ciudadanos independentistas». Este portavoz denunció que «mientras los independentistas tienen impunidad, son escoltados y les facilitan sus acciones con la inacción de Mossos y policías locales», los grupos que retiran lazos están «desprotegidos, perseguidos y tratados como delincuentes».

Mientras, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, llamó a la unidad «frente estos brotes fascistas, estos grupos de intolerantes que cualquier policía normal del mundo detiene e identifica».

Convocada la junta de seguridad para el jueves, pero la Generalitat se niega a tratar de los lazos

La Generalitat y el Ministerio del Interior han acordado celebrar la Junta de Seguridad de Cataluña el próximo jueves, día 6, en el Palau de la Generalitat, aunque aún no hay acuerdo sobre si el orden del día incluirá un punto sobre los lazos amarillos. La reunión fue propuesta por el ministro Fernando Grande-Marlaska, quien remitió una carta al presidente Quim Torra para tratar la coordinación antiterrorista o la seguridad pública. Pero el consejero de Interior, Miquel Buch, le contestó que no se abordaría el conflicto de los símbolos amarillos porque la seguridad ciudadana es «competencia exclusiva de la Generalitat».

Sin embargo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se mostró convencido de que se tratará el tema. «Hay respeto recíproco y, cuando nos sentemos, hablaremos de todo razonablemente y llegaremos a conclusiones más que satisfactorias para la sociedad», argumentó el ministro en los pasillos del Congreso. El ministro se negó a opinar sobre la polémica en concreto y sobre las identificaciones realizadas por los Mossos a personas que retiraban lazos amarillos. «De lo que está judicializado, dejemos que los jueces resuelvan, es esa cosa de la separación de poderes», le respondió durante su comparecencia ante la Comisión de Interior del Congreso a Gabriel Rufián. E insistió en pedir que sea la Fiscalía «la que llegue a conclusiones que ella entienda evidentes, una vez materialice las diligencias que estime oportunas».

Identificar a encapuchados

En declaraciones a los periodistas, el diputado de ERC consideró «bastante normal» que los Mossos identifiquen a esos «grupos de extrema derecha que van de madrugada, con pasamontañas, con navajas, con ‘cutters’, escaleras y direcciones particulares marcadas» a quitar lazos amarillos de las calles de Cataluña.

Por su parte, la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, se mostró dispuesta a hablar con el Gobierno sobre la convivencia en Cataluña y la polémica de los lazos amarillos, pero no en el marco de la Junta de Seguridad de Cataluña, ya que, argumentó, el orden público en esta comunidad es competencia del Ejecutivo catalán y no del Estado. «Si el Gobierno quiere una reunión para hablar de convivencia, ningún problema», pero «cada tema se tiene que tratar en su foro adecuado», insistió la también portavoz del Gobierno catalán.

Agredido un cámara de Telemadrid al ser confundido con uno de TV3 por llevar una prenda amarilla

Durante la concentración celebrada ayer en el parque de la Ciudadela de Barcelona se vivieron momentos de mucha tensión. Un cámara de Telemadrid fue agredido tras confundirlo los asistentes con un técnico de TV-3. Todo ocurrió muy rápido y de forma confusa. Una señora pidió al cámara que no se le grabara y, al llevar una prenda amarilla, la manifestante creyó que trabajaba en la televisión pública catalana. «Fuera TV3», empezaron a gritar. El incidente encendió los ánimos con insultos y empujones, hasta que alguien propinó al informador varios puñetazos. El agredido tuvo que ser atendido en una ambulancia y dijo a dos agentes de los Mossos: «Sé quién ha sido», en alusión al agresor.

En un comunicado tras la protesta, Ciudadanos ha expresado su rechazo a la violencia, que ha vinculado a «un infiltrado de un grupo radical ajeno a la organización», y ha expresado su deseo de que la policía lo identifique.

La tensión fue también en aumento al final de la concentración, cuando varias decenas de personas se dirigieron hacia la zona en la que se encontraban los Mossos y empezaron a increparlos. «Fuera los Mossos», «¿dónde estabais el 1-O?», «esta policía no nos representa» o «esta policía esta politizada» fueron algunas de las consignas. Hasta la exministra Dolors Montserrat fue increpada al grito de «facha».